Cacique avinagrado
Colo Colo iguala con S. Wanderers y alarga su mal momento. Pablo Guede sigue sin ganar en el Monumental en este Apertura. Ni la ruda ni el vinagre ayudaron; Villar sumó otro error garrafal.
Colo Colo no encuentra la paz en la cancha. Ni con ruda ni vinagre, ni cualquier otro elemento supersticioso al que intenta recurrir su desesperado técnico. Las sonrisas no aparecen en Macul. Cuatro partidos como local y no hay victorias. Ayer, un triste empate 1-1 frente a Santiago Wanderers. Ni hablar de alzas individuales. Menos de mejora colectiva. Apenas chispazos en el primer tiempo, pasajes que no pudieron sostenerse durante el lapso final.
De tanto preocuparse de factores esotéricos y supersticiosos, Guede sigue descuidando detalles futbolísticos. A la postre, lo más importante. A esta altura, las excusas ya lucen sin sustento y los hinchas pierden la paciencia.
Es cierto que ayer, el equipo arrancó bien. En las dos fases del juego. Renunció a ese ataque desmedido que mostró en las primeras fechas. A ratos lució más paciente, eligiendo con pausa la forma de dañar y los pasillos interiores a los cuales atacar. Sin desesperación. Así llegó la apertura de la cuenta, con una salida rápida desde el fondo, encabezada por Zaldivia. El zaguero rompió líneas por el costado derecho, antes de que Rivero y Paredes se asociaran a la entrada del área, para luego habilitar a Rodríguez, quien con un derechazo ajustado al primer palo, dejó sin reac- ción a Castellón.
Colo Colo, que por primera vez en el torneo se ponía en ventaja jugando en casa, no dejó de buscar el segundo. Pero con un detalle importante: el reagrupamiento defensivo siempre fue en la mitad de cancha, dejando de lado la presión alta constante, para sacar del fondo a Santiago Wanderers. Eso dejó a la visita sin la posibilidad de pillar mal parado al fondo del Cacique. Esta vez, con muchos obstáculos antes de llegar a Villar, la visita no tenía fórmulas válidas más que pelotazos frontales.