Presupuesto destinado a la infancia
Señor director:
El tema de la infancia ha calado hondo este año, y no podemos dejar que quede en el olvido. El último informe de la Corte Suprema sobre la situación de hogares y residencias de protección de la red Sename y privados es un nuevo toque de alerta.
El documento nos deja varias conclusiones: nos preocupa la “autogestión” de las instituciones que deben buscar recursos porque el aporte del Estado no alcanza; es grave la falta de soluciones para abordar problemáticas severas de salud mental de algunos niños, como quedó demostrado con el caso de Lissette, y compartimos la necesidad de contar con más personal calificado.
El Sename ha invertido recursos en residencias en los últimos años, principalmente vía fondos concursables, para financiar proyectos de infraestructura. Como institución, hemos postulado y recibido fondos para habilitar salas de intervención, toboganes de emergencia, red húmeda y seca, reparaciones de baños y techos. Sin embargo, el Estado no ha aumentado la subvención por niño aunque el aporte actual de Sename sólo cubra el 40% de lo que una corporación como la nuestra gasta en cada uno de ellos. Eso es una grave falencia que debe y puede ser subsanada.
El país debe trabajar con urgencia en el nuevo sistema de protección a la infancia, para que lo tengamos implementado en dos años. Pero, en lo inmediato, ahora que se acerca la discusión del presupuesto, es hora de ver voluntad política. En esta coyuntura lo principal es aumentar el presupuesto a los programas de residencias del Sename, de modo de mejorar la calidad de la atención psicosocial y de salud de nuestros niños. un porcentaje altísimo de niños nazca fuera del matrimonio? Todo indica que no. Es evidente que lo ideal y correcto para un niño es ser educado por su padre y su madre, en un ambiente de estabilidad. En la medida que este ideal no se realice y que los niños puedan verse afectados en su educación y desarrollo, debemos preocuparnos.
Toda discusión que diga relación con la realidad familiar y las medidas que se puedan adoptar en este aspecto, debe tener como foco el respeto al derecho fundamental de los niños a ser educados por su padre y su madre en un ambiente familiar estable. El problema del Movilh es que al impulsar sus propuestas olvida que ese es el derecho humano que hay que proteger.