Nuevo escenario en España
DESPUÉS DE dos elecciones y diez meses sin poder formar gobierno, la resolución adoptada por el Partido Socialista Español, el domingo pasado, parece alejar definitivamente el riesgo de unas terceras elecciones en menos de un año en España y es una positiva señal de responsabilidad política. Por 136 votos a favor y 96 en contra el comité federal del PSOE decidió abstenerse en la segunda votación por la investidura de Mariano Rajoy, lo que le permitirá al actual presidente en funciones asumir un nuevo periodo de gobierno, aunque esta vez en minoría y aliado con Ciudadanos y otras colectividades menores, lo que plantea evidentes desafíos para el líder del PP.
La decisión de los socialistas si bien responde a la demanda de amplios sectores políticos de España, incluido el expresidente del gobierno Felipe González, es también una muestra positiva de pragmatismo político. Unas terceras elecciones producidas por la negativa del PSOE a que el PP formara gobierno, pese a ser la primera mayoría, podía implicar altos costos para un partido que ha sufrido una sostenida baja de apoyo en desmedro de los sectores de izquierda populista de Podemos. Y además, aparecía como un virtual suicidio político, porque según todas las encuestas, el único beneficiado con unas nuevas elecciones sería el propio presidente en funciones.
Luego de que se concrete la segunda votación para instalar formalmente a Rajoy en la Moncloa, a fines de mes, España ingresará a una etapa inédita en su historia que exige tanto de parte del gobierno como de la oposición actuar con responsabilidad para no caer en un periodo de inestabilidad política crónica como el vivido por otros países europeos. El PSOE debe ser capaz de administrar sus tensiones internas para evitar un quiebre que sólo beneficiaría a la izquierda más radical. Y el futuro presidente del gobierno, por su parte, deberá demostrar si cuenta con las habilidades políticas necesarias para llevar adelante su gobierno pese a no contar con mayoría.