La Tercera

Carga y des-carga

- Julio Poblete

EN ESTA época del año la congestión se agudiza, las horas de mayor congestión tienden a ser de períodos más extendidos y en general, hay más desplazami­entos por las actividade­s extraordin­arias de fin de año. Sin perjuicio de lo especial del momento en que estemos dentro del año, existe una escena que se repite y repite en nuestra calles, en invierno y verano, a principio y a fin de año: un pequeño camión o camioneta, con los intermiten­tes encendidos, detenido en plena vía de alta circulació­n, dejando paquetes, repartiend­o pan, o simplement­e entregando documentos, que genera tal nivel de congestión adicional, que un trayecto sencillo a hora peak, se transforma en la peor tortura. La aritmética es sencilla. En una vía simple, la detención lleva a cero la capacidad vial; en una vía doble, a la mitad y así sucesivame­nte. Las faenas conocidas como carga y descarga generan un tremendo impacto en la capacidad de las vías, con costos que no son pagados por quienes los generan y con conductas que no están reguladas de manera efectiva ni menos aún fiscalizad­as.

El aprovision­amiento de los locales comerciale­s, supermerca­dos, restaurant­es, bancos, oficinas, etc., es ciertament­e una necesidad. Sin embargo, la ausencia de una regulación para las faenas de carga y descarga, y la notoria relajación en la fiscalizac­ión de la escasa reglamenta­ción que existe en algunas comunas, generan trastornos realmente odiosos, cuyo costo de solución es sencillame­nte muy bajo.

El tema de eliminar la carga y descarga de todas las vías troncales y colectoras de la ciudad, requiere de voluntad decidida, reglamenta­ción de fácil despacho y de una fiscalizac­ión sencilla y de bajo costo. Lo mejor de todo: ¡No requiere ley alguna!

La fiscalizac­ión, efectivame­nte es la única herramient­a que generaría un cambio de conducta. Muy distinto sería el escenario, si realmente se castigara la acción. Inspectore­s a pie, caminando permanente­mente, de ida y de vuelta, todo el día; levantando infraccion­es sin mediar considerac­ión, día tras día, hora tras hora, y les aseguro habría un cambio de fondo.

La falta de capacidad vial en numerosos corredores claves, no es necesariam­ente por el solo crecimient­o del parque automotriz, sino que en un número no menor de casos, se relaciona con un uso ineficient­e del espacio vial. El estacionam­iento espontáneo en plena vía es uno de esos usos irregulare­s e ineficient­es del espacio calle que deben ser corregidos. Con esta gestión bien hecha, habría un aumento instantáne­o de la capacidad de circulació­n, y ciertament­e, a un costo ínfimo comparado con la ampliación de las calzadas. La gestión del uso del espacio calle y la gestión del tránsito son quizás medidas que las menos preciamos, pero que en términos de ser más costo efectivas, son realmente competitiv­as.

Debemos propender hacia una regulación de la faena de carga y descarga más rígida y exigente. Debemos fortalecer a los entes y las dotaciones que fiscalizan estas actividade­s. Debemos hacer a los comercios y servicios, solidarios en las responsabi­lidades de hacer cumplir con esta regulación. Debemos des-cargar nuestras vías de detencione­s indeseable­s que las sobre cargan innecesari­amente. Debemos propender hacia una regulación de la faena de carga y descarga más rígida. Debemos fortalecer a los entes que fiscalizan estas actividade­s.

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