Imparable deuda hospitalaria
SEGÚN INFORMACIÓN recogida por este medio, la deuda hospitalaria alcanzó el nivel más alto en su historia, con un sobregasto que a septiembre acumula $306.719 millones. Se trata de una cifra que deja en evidencia un grave problema de gestión en la salud pública, que inexplicablemente no ha sido enfrentado con la debida prioridad por parte del gobierno.
La cifra refleja que la millonaria inyección de recursos realizada por el Ministerio de Hacienda en abril pasado -que permitió bajar el monto desde $ 234 mil millones a $ 131 mil millones- apenas logró contener el sobregasto por un tiempo, pues en apenas cuatro meses se duplicó, lo que refleja una suerte de descontrol y deja en evidencia que los compromisos del Ministerio de Salud para acceder a dichos recursos -en orden a ajustarse a una regla de equilibrio financiero según la cual los gastos operaciones no deberían exceder en 3% los ingresos operaciones- no se están cumpliendo, lo que era predecible a la luz del abultado déficit que ya existía.
El nivel de endeudamiento de los hospitales resulta a estas alturas crítico, lo que no solo produce efectos negativos en el funcionamiento de los recintos y en el servicio que se les presta a los pacientes, sino que contribuye a alimentar un círculo vicioso que lleva a un alza de los costos de la salud.
Si bien distintos expertos han advertido que la deuda irá al alza de no mediar reformas estructurales -costos que inevitablemente deben ser absorbidos por los contribuyentes-, llama la atención que los esfuerzos del gobierno continúen centrándose en el sistema de Isapres, respecto del cual si bien es legítimo evaluar reformas que lo perfeccionen, no parece estar allí el principal problema de la salud, sino en los crecientes costos del sistema público, donde se atiende la mayor parte de la población.