La Tercera

Raúl Rivera, el poeta magallánic­o, publica sus memorias y salda deudas con su historia

El ex director del Teatro Teknos, de 91 años, lanza por Hueders Memorias de un exilio teatral. En ellas vuelve a sus años exiliado en Francia (19741991) junto a su ex mujer, María Asunción Requena.

- Pedro Bahamondes Ch.

1991 fue el año de los reencuentr­os para Raúl Rivera, y por partida doble. De un lado, volvía a Chile tras 17 años de exilio en Francia, luego de que él y su mujer, la dramaturga María Asunción Requena, aprovechar­an una gira por Europa en 1974 con algunas de las obras de ella para esfumarse del país donde meses antes había estallado el golpe de Estado. Del otro, y a pocos meses de radicarse en Los Andes, donde hoy vive, el poeta y ex director teatral de 91 años encontró una buena excusa para volver a sentarse frente a su máquina de escribir: recordar ese trozo de vida junto a quien fue su esposa.

Ese mismo año, este hombre nacido en Valdivia en 1925, aunque criado en Magallanes, comenzó a escribir los primeros borradores de otro libro que iba titularse La novela de María Asunción, en memoria de su difunta esposa, la autora de Fuerte Bulnes, diez años mayor que él y fallecida en marzo de 1986. “Me quedé no solo separado de María Asunción, sino cesante de mi principal actividad y desprovist­o del uso de mi única especialid­ad: ella”, anota en las primeras líneas de Memorias de un exilio teatral, el volumen que acaba de publicar Hueders.

“No iba a publicarla­s. Pero un buen día vino a visitarme mi amigo Juan Andrés Piña (Historia del teatro en Chile), quien leyó los manuscrito­s y me aconsejó postularla al concurso del Consejo Nacional de la Cultura en la categoría memoria. Acepté solo porque él estaba convencido, pero yo no tenía esperanzas”, recuerda.

Un caluroso día de octubre de 2015, sin embargo, y mientras la Editorial UV de la Universida­d de Valparaíso daba los últimos retoques a Remedios caseros, el tomo que reunió su poesía completa, Rivera recibió un llamado. “Curiosamen­te, otros tuvieron en mis recuerdos un interés genuino, además de ver un potencial editorial”, dice, quien arranca sus memorias la mañana del 11 de septiembre de 1973.

Otra llamada puso al tanto al entonces director del Teatro Teknos, la compañía de la desapareci­da U. Técnica del Estado, de los alzamiento­s militares en Valparaíso y otros rincones del país. Le tomó pocos días renunciar, despedirse, y en febrero de 1974, Rivera emprendió, junto a su esposa y los tres hijos del primer matrimonio de ella, un vuelo sin retorno a Francia, luego a Alemania e Inglaterra. “Pero fue en París donde más a gusto nos sentimos, así que ahí nos quedamos buen tiempo, viviendo entre hoteles, hoteluchos y hasta en un convento benedictin­o por dos meses”, cuenta, y ríe.

De igual forma el humor se cuela en su relato, entre el recuerdo de esos días en que casi no había para comer ni motivos para seguir así de lejos. Y no fue hasta 1975, cuando Rivera se convirtió en régisseur de la Ópera de Lille, al norte de Francia, que él y los suyos se fueron a vivir a un departamen­to “barato, feo e incómodo”, según recuerda. “Creo que en la adversidad uno más encuentra razones para reír. Y cuando el libro comenzó a tomar forma, me negué a victimizar el exilio”, dice.

Para 1991, quien fue compañero de escuela de Alejandro Sieveking y Víctor Jara en la Escuela de Teatro de la U. de Chile, decidió retornar al país. Reconoce que si bien ha hecho algunos intentos por montar obras, “ni uno ha prosperado”, pero nunca dejó de escribir, esta vez tras un computador: “Hay autores, varios, que son redescubie­rtos y valorados después de muertos; pero hay otros, los menos, que consiguen hacerlo en vida. De un tiempo a esta parte yo me considero entre los últimos”.b

 ?? FOTO: EDITORIAL UV ?? Rivera a sus 91 años, retratado en Los Andes, donde hoy vive.
FOTO: EDITORIAL UV Rivera a sus 91 años, retratado en Los Andes, donde hoy vive.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile