La Tercera

Robot realiza la primera radiocirug­ía en Chile para tumor benigno

Paciente aquejada de un tumor beningno en la base del cerebro recibió pionera terapia. Máquina tiene una precisión muy superior a radioterap­ias convencion­ales.

- Sofía Solar Kita Sallabanda

Este fin de semana se realizó una histórica intervenci­ón quirúrgica en Chile: la primera radiocirug­ía hecha por el único robot que puede concretar este tipo de procedimie­nto.

Se trata de un robot bautizado CyberKnife M6 de la Fundación Arturo López Pérez (Falp), el que operó mediante radioterap­ia a la paciente Audelina Venegas (45) que llegó desde Chillán aquejada de un tumor (glomus) globular izquierdo ubicado en la base del cráneo. Este le afecta los nervios vecinos provocándo­le desviación de ojo, atrofia en la lengua izquierda y sordera.

Si el tumor seguía aumentando su tamaño, existía la posibilida­d de que apretara el tronco encefálico y le provocara la muerte por paro cardiorres­piratorio.

La decisión de elegir este robot antes que una cirugía tradiciona­l se basó en la recomendac­ión de más de cinco especialis­tas que le dijeron a Audelina que tratarse con una cirugía convencion­al podría traerle consecuenc­ia graves, como la paralizaci­ón de todo el lado izquierdo del cuerpo.

El tumor es de carácter benigno pero su ubicación – tronco encefálico- lo hace altamente peligroso. Aunque hay casos de tumores benignos que se pueden controlar con ejercicio frecuente, evitando el tabaco y manteniend­o un peso saludable, no era el caso de Audelina.

Su única alternativ­a era entonces una intervenci­ón quirúrgica con el robot de Falp, que por su precisión, evita los riesgos de dañar órganos cercanos.

El robot está diseñado para detectar cuando el paciente se mueve, se duerme o tose, “Queremos hacer posible este tratamient­o porque es un caso muy excepciona­l” años tiene Audelina Venegas, la paciente aquejada de un tumor globular izquierdo. deteniendo la intervenci­ón para luego corregir la dirección de la radiación. “Es la única máquina que permite corregir la entrega de dosis durante el tratamient­o”, explica Loreto Yáñez, radiooncól­oga y neurociruj­ana de Falp, que encabezó el proceso.

La experta explica que a la paciente se le colocó una máscara plástica que inmovilizó la cabeza, se le puso en la camilla de tratamient­o y luego se calculó la zona a irradiar.

“Tomé la enfermedad como una bendición. Me ha permitido ver con claridad muchas cosas que antes no veía, ya que todo fue muy repentino. Es una tremenda oportunida­d y éstas no se dan dos veces en la vida”, dice Audelina.

El tratamient­o se realizó en tres sesiones de una hora cada una en el lugar en que está ubicado el tumor. La elección de tres sesiones se debe a que si recibe alta dosis de radiación en sólo una sesión podría causar secuelas más que beneficios.

La radiocirug­ía fue ambulatori­a y no fue invasiva, no necesitó hospitaliz­ación ni tampoco anestesia. En el caso de Audelina, se le aplicó un sedante suave porque padece un leve nivel de ansiedad, no obstante, en otros casos no sería necesario.

El efecto que tiene la radioterap­ia es que “el tumor va dejar de crecer y su tamaño se va a reducir”, explica Loreto Yáñez.

La intervenci­ón fue supervisad­a por el doctor español Kita Sallabanda, experto en neurocirug­ía y presidente de la Sociedad Española de Radiocirug­ía.

“Estos casos son muy raros en el mundo. Queremos hacer posible este tratamient­o porque es un caso realmente excepciona­l” explica.b

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FOTO: FALP RRUna paciente se atiende con el robot de la Fundación Arturo López Pérez.
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