Prueba Pisa

Señor director:

Entre los factores que inciden en los resultados de Pisa 2015 no suelen considerarse las formas de entender la autoridad y la disciplina y el valor que las familias otorgan a la educación, lo que pareciera influir en el liderazgo de la región asiática en el ámbito educativo. Chile sigue siendo el país latinoamericano con mejores resultados en ciencias, lectura y matemáticas, salvo cuando se compara con Buenos Aires, que da un salto significativo entre 2012 y 2015. Por nuestra parte, seguimos avanzando pero a un paso más lento que entre 2000 y 2009, lo que debiera preocuparnos.

Una buena noticia es que la mejora en lectura significó llegar al nivel de países de similares ingresos. Pero una mala noticia es que tenemos brechas de género muy grandes, que en ciencias aumentan pues los hombres superan a las mujeres en 14 puntos y en matemáticas en 20, aunque en lectura las mujeres se elevan sobre 12 puntos. Se trata de un tema para abordar.

Siempre ponemos foco -y es pertinente hacerlo- en la correlación de resultados y nivel socioeconómico. El punto es cómo la abordamos. Una de las conclusiones es la necesidad de priorizar recursos y apoyos en estudiantes rezagados. No lo hemos hecho en los últimos años. Más bien, hemos impulsado el cambio del sistema para garantizar derechos universales a todos, mientras la evidencia muestra que las escuelas más vulnerables no cuentan con estrategias adecuadas ni recursos para atender la diversidad.

Por último, la Ocde señala entre los factores de riesgo la desmotivación de los alumnos, el ausentismo escolar y de los maestros. Mejores resultados se vinculan con actividades desafiantes como talleres y competencias, con altas expectativas de la comunidad escolar sobre los estudiantes. ¿No será mejor modificar el foco desde el cambio de “el modelo” a los apoyos a escuelas y aulas, en especial las que trabajan con alumnos más vulnerables?