El retrocesismo
MIENTRAS más escucho, veo, leo y viajo, más concluyo que nuestra discusión pública es retrógrada y anacrónica en casi todo. No tengo espacio para desarrollarlo en toda su magnitud. Quisiera compartir frases y datos sugerentes que buscan motivarlos:
“El aprendizaje quedó atrás. Lo que un ingeniero electrónico o informático aprenda en sus cinco años de carrera puede estar obsoleto al egresar”.
“Pierde autoridad un profesor que solo enseña contenidos a alumnos con los mismos o más accesos que él al conocimiento vía Internet. Educar es desarrollar trabajo en equipo, creatividad y capacidad de razonar, apertura al cambio, responsabilidad por lo colectivo y no solo por lo individual”.
“Dos tercios de los trabajos para los niños que nacen hoy, actualmente no existen y millones de los actuales no existirán”.
Si quiere sonrojarse con nuestra reforma educacional, conozca lo que preocupa al gobierno finlandés en estos temas, en https://hundred.fin/en
Mark Zuckerberg, creador de Facebook, “iluminó” zonas pobres de Africa sin acceso a Internet con antenas-drones a energía solar. Asocia conectividad a crecimiento del PIB y ventajas para quienes la tienen. Y cuando las oportunidades de futuro son globales, Chile tiene un tercio de la conectividad de países como Holanda o Corea del Sur.
El grueso de la humanidad hoy viva conocerá la masificación del auto eléctrico y la conducción robótica de vehículos terrestres y marinos, con sus consecuencias multifacéticas en la vida humana y sectores clave de la economía. Soy testigo de estacionamientos en Italia que ya cuentan con cargadores eléctricos para automóviles. Así como la ampolleta dejó a la vela en el siglo XIX y la cena romántica, Uber dejó en el siglo XX a los taxis y el modelo de Airbnb amenaza al sector hotelero.
Mientras discutimos bochornos y retrasos en la construcción de hospitales, el mundo constata aumentos de atención ambulatoria y domiciliaria por Internet, menor uso de camas, intervenciones complejas en pequeños consultorios, cirugía a distancia gracias a la interconexión y a la robótica, y medicamentos y tratamientos nuevos gracias al desarrollo veloz de la biotecnología.
Tengo la sensación de vivir congelado en una discusión retrógrada y autista. Anclada en creencias de un siglo atrás o más, de espaldas al mundo actual. Atribuyendo por ejemplo al estado virtudes que ya no puede tener cuando la globalidad lo desborda y hace declinar su poder. La globalidad y la Internet de personas y cosas es creciente ordenador de la vida humana, pero por lo mismo causante de desafíos, oportunidades y desamparos nuevos a tener muy en cuenta.
Los dinosaurios, jóvenes o viejos, son igual dinosaurios. Estar fuera de un mundo que corre no nos estanca, nos hace retroceder. Es inevitable un enfrentamiento entre progresismo y “retrocesismo” en Chile. Atraviesa a derecha, centro e izquierda. Eludirlo es complicidad con la desigualdad, con el estancamiento de Chile, sinónimo de perder ante un mundo que avanza, de no entender qué es revolucionario y anacrónico en este siglo XXI. Tengo la sensación de vivir congelado en una discusión retrógrada y autista. Anclada en creencias de un siglo atrás, de espaldas al mundo.