La Tercera

Calidad del Transantia­go

- Comente en

EN FEBRERO se cumplirán 10 años desde que el Transantia­go debutó como el nuevo sistema de transporte­s de la capital. Lo que parecía un modelo ejemplar con elevados estándares de calidad, terminó en un sistema de transporte muy alejado de los niveles adecuados, sin que se adviertan signos concretos de mejora. Llama la atención que a pesar del tiempo transcurri­do y de los elevados aportes inyectados para mejorar el servicio -en 2013 el Congreso aprobó el proyecto que crea un subsidio permanente-, problemas elementale­s y que deterioran su calidad continúen repitiéndo­se. Una reciente auditoría solicitada por el Ministerio de Transporte­s reveló que el sistema presenta un estándar de calidad “deficiente”, registrand­o fallas como frenazos bruscos, mala aproximaci­ón a las paradas establecid­as y escasa informació­n sobre los recorridos. El análisis encargado por Transporte­s dio cuenta de otras fallas más graves, como el hecho de que algunos vehículos no disminuyen la velocidad gradualmen­te en las calles o que los buses suelen acercarse a la vereda desde una segunda fila. Y aun cuando la autoridad ha cursado multas, al parecer su efecto disuasivo ha sido escaso.

Ante este escenario resulta inexplicab­le que los esfuerzos del gobierno se centren en fijar normas para las nuevas alternativ­as de transporte como Uber y Cabify -que únicamente parecen apuntar a satisfacer al gremio de los taxis- y no en promover una reforma estructura­l que permita reducir sustancial­mente el aporte de fondos estatales al Transantia­go -lo que se ve difícil en tanto la tasa de evasión siga elevada- y en mejorar sus estándares. Mientras esos problemas continúen y la calidad del servicio siga siendo percibida como deficiente, es un contrasent­ido pretender que la población privilegie masivament­e el transporte público y deje el automóvil.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile