Educación técnica: redes con empresa mejoran resultados
Expertos plantean las ventajas de la formación dual. CFT ProAndes inauguró un centro de entrenamiento para alumnos.
Según datos del Ministerio de Educación (Mineduc), el 45% de la matrícula escolar corresponde a educación técnica. Y aunque en materia de políticas públicas esta área está menos abordada que la enseñanza científico-humanista, hay otras herramientas que los mismos directivos pueden usar para potenciarla, según señala el investigador del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo, Ricardo Carbone.
Para este investigador, uno de los puntos primordiales es la formación dual, que es cuando un alumno pasa un determinado tiempo de su currículum escolar realizando labores en una empresa. “Este tipo de formación funciona porque el estudiante tiene que compartir con otros trabajadores, debe obedecer instrucciones de superiores, debe leer los reglamentos de seguridad e higiene. El aprendizaje es mayor a cuando solo se promueve el desarrollo en el liceo”, explicó Carbone, quien también apuntó a los equipos directivos de los liceos técnicos.
“En nuestra investigación, descubrimos que aquellos que valoran las redes con empresas y con la comunidad tenían mejor resultado en términos formativos”, puntualizó, junto con añadir que la meta de la educación media técnica debiese ser convertirse en un paso hacia estudios superiores o complementarios y no solo quedarse con lo aprendido en la escolaridad.
Ernesto Treviño, investigador del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación, CEPPE, y de la facultad de Educación de la UC, señaló que los países que están a la vanguardia en educación técnica han optado hace años por potenciar la dualidad entre el aula y la práctica en empresas. Explicó que, en estos casos, un estudiante “es capaz de adaptarse a distintas culturas organizacionales, porque mientras más oportunidades tiene de practicar en empresas distintas, aumenta su habilidad para familiarizarse rápido con las reglas de una empresa”.
Un tema en el que coincide el director del área de carreras de construcción del Centro de Formación Técnica (CFT) ProAndes, Juan Limuñir, quien plantea “es importante que los alumnos estén inmersos en un lugar donde no solo está su clase con su profesor, sino que interactúen con otros estudiantes de otras áreas”.
En ProAndes, las carreras de construcción cuentan con un centro de entrenamiento para este rubro, que fue desarrollado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), gremio al que pertenece este CFT. Se trata de un galpón con seis talleres y cinco laboratorios que trabajan en forma simultánea emulando una obra o el trabajo de una empresa constructora. Incluso, se dispuso de un andamiaje para los alumnos que realizarán trabajos en altura en su vida laboral.
“El concepto es mezclar las áreas y generar espacios comunes. Si hay un alumno que está realizando una instalación eléctrica y quiere hacer un corte de una barra de metal, puede ir al área de corte y hacerlo. El alumno rota por todas las áreas independiente de la carrera”, explicó Lemuñir.b