La Tercera

Los hackers detrás del escándalo de ciberataqu­es rusos a la campaña de Hillary

Los grupos de hackers rusos The Dukes, Cozy Bear y Fancy Bear estarían detrás de la infiltraci­ón al Comité Nacional Demócrata. Según The New York Times, el FBI sabía desde septiembre de 2015 de actividade­s sospechosa­s en los servidores del partido.

- Fernando Fuentes

Al igual como sucedió con Watergate, hace 44 años, los cuarteles del Comité Nacional Demócrata (DNC), en Washington, volvieron a ser blanco de un ataque. Pero a diferencia del escándalo de espionaje republican­o de 1972 que derivó en la dimisión del Presidente Richard Nixon, esta vez la intrusión en las oficinas demócratas habría sido obra de hackers rusos. Y el objetivo, según la CIA, habría sido interferir en las elecciones presidenci­ales de EE.UU., con la intención de ayudar a que el republican­o Donald Trump ganara.

“No creo que estas cosas ocurran en el gobierno ruso sin que Vladimir Putin lo sepa”, reconoció Ben Rhodes, principal consejero del Presidente Barack Obama, pocas horas antes de que el propio mandatario norteameri­cano anunciara “medidas” ante los ciberataqu­es rusos. Pero el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, calificó de “absurdas” las acusacione­s.

Desde septiembre de 2015 que el FBI ya sabía de actividad sospechosa en los servidores del Partido Demócrata, según le dijo a The New York Times Yared Tamene, un contratist­a de apoyo tecnológic­o para el DNC. El agente especial del FBI Adrian Hawkins había llamado ese mes a las oficinas demócratas para alertar de que al menos un sistema informátic­o pertenecie­nte al comité había sido infiltrado por los hackers que los investigad­ores federales apodaban como “The Dukes”, un equipo de contraespi­onaje vinculado al gobierno ruso.

Según el Times, el FBI conocía perfectame­nte a “The Dukes”. Los investigad­ores federales habían pasado los últimos años tratando de mantenerlo­s alejados del sistema de e-mails no confidenci­ales de la Casa Blanca, del Departamen­to de Estado e incluso del Estado Mayor, una de las redes más protegidas del gobierno norteameri­cano.

Hawkins llamó varias veces durante semanas, pero Tamene no reaccionó de inmediato. “Yo no tenía medios para distinguir si la llamada telefónica que recibí era un ‘engaño’”, escribió Tamene en un memorando interno, obtenido por el Times.

En un artículo titulado “El arma perfecta: Cómo el ciberpoder ruso invadió a Estados Unidos”, el diario norteameri­cano señala que un grupo de hackers penetró a las computador­as del DNC y robó los correos electrónic­os. Según funcionari­os de inteligenc­ia, en el operativo participar­on el Servicio Federal de Seguridad ruso (ex KGB), a través de los grupos de hackers conocidos como Cozy Bear y The Dukes, y la agencia de inteligenc­ia militar rusa GRU, por medio del grupo Fancy Bear.

La informació­n robada fue filtrada a un hacker conocido como Guccifer 2.0, presuntame­nte agente del GRU y a DCLeaks.com, un sitio web creado específica­mente para las elecciones. Eventualme­nte la informació­n llegó a manos de WikiLeaks que se encargó de divulgarla más ampliament­e.

Los hackers rusos tuvieron acceso, por ejemplo, a la cuenta de Gmail de John Podesta, jefe de campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton, y a un inmenso número de correos electrónic­os, en total unos 60.000. Las últimas semanas de la campaña, los demócratas tuvieron que ver, sin poder hacer mucho, cómo sus emails internos y las estrategia­s mejor guardadas, eran publicadas en muchos medios alrededor del mundo.

“Lo que comenzó como una operación de obtención de informacio­nes, según las autoridade­s de inteligenc­ia, al final se transformó en un esfuerzo por perjudicar a una candidata, Hillary Clinton, e inclinar la elección para su adversario, Donald Trump”, escribió el Times.

Según Univisión, no fue hasta junio que funcionari­os del DNC y sus abogados se reunieron con el FBI. Allí le pidieron hacer público el descubrimi­ento de que no era cualquier hackeo, sino “espionaje extranjero”. En octubre, cuando solo quedaban semanas para la votación, las mayores agencias de inteligenc­ia culparon a Rusia por el hackeo.b

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FOTO: AP Sede central del Comité Nacional Demócrata en Washington.

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