Categoría de desempeño de los colegios
Señor director:
La ley que regula el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación (2011) indica la difusión pública del ordenamiento de los establecimientos educacionales por categorías de desempeño, que van desde “alto desempeño” hasta “desempeño insuficiente”.
Implementar esta indicación requiere considerar las consecuencias deseadas e indeseadas que generarán en las personas que se verán directa e indirectamente impactadas. Publicar la “Categoría de Desempeño” de los establecimientos educacionales tiene como consecuencia deseada informar a los apoderados ante la elección del colegio para sus hijos. Sin embargo, las consecuencias indeseadas se asocian con la estigmatización social que produce este tipo de ranking y ameritan cuestionar su efectividad, particularmente para los establecimientos de menor desempeño y que más necesitan mejorar.
Los estudios en psicología señalan que asociadas a un ranking social bajo, las personas tienden a vivenciar sentimientos de derrota (han perdido su lucha por obtener éxito) y de sentirse atrapadas (incapacidad para revertir la situación). Esto, a su vez, tiende a generar síntomas depresivos y ansiedad. Esta es una potencial consecuencia negativa en los profesionales de la educación que requiere ser monitoreada y abordada con prontitud desde la política pública.
Un profesor con sentimientos de derrota y ansiedad, que padece la estigmatización social, difícilmente podrá contribuir a mejorar la calidad que persigue el Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación. Destinar grandes cantidades de recursos a la medición de la calidad tendrá muy baja utilidad en ausencia de recursos equivalentes para apoyar de manera efectiva el desarrollo de los establecimientos escolares y el bienestar psicológico de su personal, cuando este es impactado negativamente por las políticas educativas.
Nuestros estudiantes necesitan profesores motivados y que saben cómo ayudarles a aprender.