Italianos y españoles, los primeros castigados
El mundo de los arreglos de partidos en el tenis era tan cerrado como secreto. Pero el poco disimulo de sus practicantes lo convirtió en un tema de conversación que ya llegó a oídos de las entidades fiscalizadoras. Así, de hace un tiempo hasta esta parte, se han ido desbaratando redes de corrupción de este tipo.
Como ocurrió en España a principios de diciembre, donde 34 jugadores, entre ellos deportistas rankeados entre el 800 y el 1.400 del ranking ATP, más seis de categorías seniors y amateur, fueron arrestados por la Guardia Civil de la Comandancia de Madrid. Si bien no se revelaron nombres, la investigación cuenta que un jugador semiprofesional contactaba a sus colegas para ofrecerles un monto determinado de dinero con tal de que perdieran determinado set de un partido. A través de esos tratos, se generó medio millón de euros que se repartió entre jugadores, apostadores y los que hacían de puente entre ambas partes.
Tenistas que alguna vez fueron parte de la elite mundial también sucumbieron a la tentación. Es el caso de los italianos Potito Starace y Daniele Bracciali, jugadores que estuvieron en el top 50 y que en el ocaso de sus carreras, ya lejos de esas posiciones, a mediados de 2015, fueron descubiertos por la federación italiana de tenis gracias a la revisión de conversaciones telefónicas y vía internet.
Se averiguó que Starace arregló perder la final del ATP de Casablanca en 2011 y Bracciali, en 2007, arregló un partido en Newport.
Fueron suspendidos de por vida por sus actos.b