JUNTAS, PERO NO REVUELTAS
EN VARIAS ocasiones se ha dicho en este espacio que la libertad de expresión se funda en el respeto al derecho esencial de emitir opiniones, así como al de dar injuicio formación de manera responsable y sin censura previa. Reitero lo anterior para aclarar el contexto de la observación del lector Martín Alonso Blanco, que escribe “¿Está suficientemente claro lo que es información y lo que es opinión en el diario? A veces me parece que la opinión invade el campo informativo, lo que le resta rigor y credibilidad al conjunto periodístico”.
Opinar e informar son actividades cuyo contenido es de diferente naturaleza. Sobre el punto, el Consejo de Ética de los Medios de Comunicación, señala: “semánticamente, informar es dar noticia de una cosa (...), o poner en conocimiento a través de los medios de comunicación de un hecho o circunstancia determinada, que puede tener la calidad de verdadero o falso”. Y opinar, “es expresar el parecer o que se tiene sobre una persona o situación dada”. En una sentencia, la Corte Suprema expresa que “la libertad de opinión es el derecho de que goza todo ciudadano a emitir su parecer de acuerdo a sus particulares puntos de vista, exento de toda clase de coacción”.
El Manual de Estándares Editoriales del diario recoge lo anterior y dice que la libertad de expresión se funda en el respeto al derecho esencial de emitir opiniones, así como al de dar información de manera responsable y sin censura previa. También señala que “difundir una información veraz, rigurosa, fundamentada, obtenida mediante métodos legítimos que utilicen, hasta el límite de lo posible, el acceso a todas las fuentes disponibles” y “diferenciar claramente entre información, interpretación u opinión emitida por una fuente, e información, interpretación u opinión del periodista”, permiten que el lector pueda identificar los géneros con claridad.
Así, información y opinión deben estar separadas, aunque también podrían ir juntas, en un mismo reportaje, pero debidamente identificadas como lo que son. Juntas, pero no revueltas.
Palabras oscuras
La lectora Manuela Hebel indica que en el diario del jueves 3 de noviembre “leí la información titulada ‘Fraude a constructora Echeverría Izquierdo suma 18 imputados’. En el texto dice ‘(...) La mayoría está conteste en haber participado y saber que tenía un origen espurio, pero declararon que lo hacían por una determinada comisión por encontrarse sin trabajo (...)’. Creo que ‘conteste’ existe, pero es una palabra algo oscura, de poco uso, que no contribuye a la comprensión de la información. Tampoco ayuda mucho el ‘origen espurio’. ¿Quién habla así?”.
Desde luego, la palabra “conteste” existe. Es más bien rebuscada, aunque propia del léxico legal. La emplean los abogados. Pero, son los periodistas quienes la llevan a los diarios para redactar un texto claro. “Conteste” significa que alguien declara lo mismo que ha declarado otro, sin discrepar en nada. “Origen espurio” no es otra cosa que “falso o bastardo” (bastardo hay que entenderlo como “que se aparta de sus características originales, o las va perdiendo”). Si bien las dos expresiones existen, el autor podría haber facilitado algo más la lectura para mejor comprensión del texto.