Diálogo en La Araucanía
Señor director:
Esta semana, de nuevo La Araucanía y los mapuches aparecen en las noticias asociados con violencia. Pero lo que más preocupa es que no hay iniciativas del gobierno basadas en el diálogo y la negociación para resolver el problema de fondo, que es de tipo político y atañe a los usos y gestión del territorio, y la necesidad de una nueva relación entre los pueblos indígenas y el Estado.
Es urgente que los gobiernos evolucionen de miradas centradas en la criminalización o en la pobreza -que no han sido la solución y se han transformado en parte del problema- a soluciones basadas en la negociación.
Urge la creación de un espacio de largo plazo de negociación, en donde los mismos pueblos indígenas decidan cómo se van a organizar para participar (y no que el gobierno decida por ellos); donde sea tan importante el clima de confianza como los resultados, y donde las partes acuerden qué se va a negociar y de qué maneras, siendo validadas todas y todas ganen.
Es lo que hacen la mayoría de los países de la Ocde que cuentan con pueblos indígenas.
No será fácil; toda una generación de nuevos líderes indígenas ha crecido en la lógica del conflicto y de gobiernos que no respetan acuerdos previos, pero es la única vía en un país que se quiere democrático.