UNA CASA CON SORPRESAS
La agorafobia no es algo fácil de llevar, y Anna, la protagonista de Casa Mortal, lo sabe. Hace 10 años que no sale de su hogar, y en el día del funeral de su hermano, al cual no ha podido asistir por su condición, un grupo de hombres entra en su casa, pidiendo dinero. Al poco explorar, los ladrones se dan cuenta de que el lugar no es lo que parece.
Las historias de invasiones hogareñas siempre tendían a repetir el esquema de la clásica Horas
con Humphrey Bogart. Cintas como Funny Games, Cacería Macabra o la reciente No Respires, han dado vuelta la tortilla con escenarios bastante más originales, violentos y peligrosos. Casa Mortal se suma a esta tendencia y,
Por aunque no logra relucir, sí es capaz de salirse de la categoría de cine B para el olvido y levanta un leve pero alentador vuelo, en gran medida gracias a las actuaciones de sus protagonistas, donde la más desconocida, Beth Riesgraf -en su rol de Annase muestra estupenda. Es cierto que por sobre el final cae en los acostumbrados tópicos, presentando un final casi infumable y explicando cosas que mejor hubiera sido dejar en la nebulosa, pero también ha sido capaz de mostrar una que otra originalidad durante su desarrollo, haciendo que este viaje no fuera del todo perdido.