Informe del PNUD
EL INFORME de Desarrollo Humano (IDH) en Chile acaba de celebrar sus 20 años de vida, durante los cuales el PNUD ha realizado 11 informes que han permitido trazar las principales tendencias de cambio y continuidad de la sociedad chilena de las últimas dos décadas.
¿Qué se observa? Lo evidente es que se incrementa el desarrollo humano del país, situando a Chile entre los países de muy alto nivel de logro y a la vanguardia en América Latina. También se observa que los chilenos y chilenas consideran que lo que hacen y logran en sus vidas depende cada vez más de sus propias decisiones y menos de las circunstancias que les tocan vivir. El bloqueo en la “capacidad de soñar un país distinto” muy presente a finales del siglo pasado, hoy parece resquebrajarse dando paso a una sociedad más abierta y dispuesta a discutir la posibilidad de un país diferente. Con el paso del tiempo los chilenos muestran mayor disposición a debatir, organizarse y a participar en la toma de decisiones colectivas. Pero también enfrentan ambivalencias: por un lado, desean cambios pero no tienen claridad sobre qué cambios desean; y por otro, valoran la participación pero no siempre están dispuestos a participar.
Lo que nos interesa recalcar es que en perspectiva de 20 años, Chile manifiesta un importante avance en términos de desarrollo humano, pero también múltiples tensiones y problemas. Algunos son de larga data, otros aparecen o se agudizan producto precisamente de los éxitos previos. Y es que nuevos pisos crean nuevos techos. Por eso no es de extrañar que los “sueños de país de los chilenos” hayan cambiado. Pensando en los 20 años del informe y mientras se realiza el trabajo de campo del próximo, repeti- mos una pregunta realizada en 1999 acerca de los “Sueños de país”. El resultado es que en 1999 los chilenos y chilenas soñaban principalmente con un país “más desarrollado económicamente”, mientras que actualmente su principal sueño es tener un país “más seguro” y “más protector”. En detalle, el porcentaje de quienes sueñan con un país más desarrollado económicamente baja del 68% al 46%; quienes quieren un país más seguro sube del 47% al 59%; y quienes quieren un país más protector sube del 20% al 36%, siendo ésta la mayor alza entre los sueños consultados. Un país “más igualitario” y “más honesto” siguen siendo aspiraciones relevantes que, en los ojos de las personas, aún están pendientes.
La materialización de estos sueños implica desafíos: la desigualdad en todas sus formas, incluyendo la relacionada con el respeto y la dignidad; conectar lo individual con lo colectivo; reconstruir sobre nuevas bases la relación de la ciudadanía con sus elites, son algunos de ellos.
Ninguno de estos sueños se logra automáticamente; por eso preocupa que los chilenos no visualicen liderazgos que impulsen esa tarea. En 1999, frente a la pregunta: “En el último tiempo, ¿ha escuchado hablar a algún personaje público que la haya hecho soñar con un país mejor?”, un 30% respondía que sí. En 2016, solo un 15% responde afirmativamente. Desarrollar la capacidad para deliberar sobre el futuro se transforma en uno de los desafíos más importantes para el Chile de los próximos años. En perspectiva de 20 años, Chile muestra un importante avance en términos de desarrollo humano, pero también múltiples problemas.