La Tercera

Diez años del primer iPhone, el teléfono que cambió las reglas de la industria

- Axel Christians­en

Como cada mes de enero, Steve Jobs se preparaba para realizar su primera conferenci­a anual de productos en el marco de la Macworld, un evento en San Francisco paralelo a la feria CES de Las Vegas, tradiciona­lmente comandada por su rival, Bill Gates.

Vestido con su clásica camiseta negra y jeans, Jobs se paró en el escenario e hizo tres anuncios: un iPod con pantalla táctil, un teléfono y una nueva forma de navegar en internet. Pero no se trataba de tres dispositiv­os, sino de uno solo, que revolucion­aría la industria de telefonía: el iPhone.

En poco más de 50 minutos, Jobs resumía su temeraria propuesta: un teléfono sin teclas, con sólo un botón que podía ser controlado sólo con los dedos sobre una gran pantalla.

El pequeño rectángulo negro buscaba llevar al teléfono móvil a un nivel inimaginab­le, convirtién­dolo en el hogar de nuestra música, fotos, videos y conexión a internet.

Alfonso Gómez, presidente Apple de su producto estelar está mostrando su lado negativo. Las ventas del iPhone no se mantienen en los niveles de antes. Los últimos resultados financiero­s de octubre, a tres meses de la salida del iPhone 7, muestran una baja en las ventas del teléfono de 5,3%, generando una caída de 12,2% en las ganancias de Apple.

ejecutivo del Centro de Innovación UC, cree que el iPhone es quizá el producto más importante creado por Apple. “Si uno ve la radicalida­d del cambio de estándares que generó en toda la industria, el volumen y profundida­d del cambio cultural que gatilló y el hecho que es la línea de producto que explica casi el 70% de los ingresos de la compañía, pienso que es correcto decir que es el producto de mayor impacto que la empresa ha producido”.

En 2007, el estado de la industria móvil era completame­nte diferente al de hoy: Nokia lideraba el mercado con poderosos modelos y BlackBerry era el dispositiv­o ideal para trabajar.

En 2009, Anssi Vanjoki, jefe de estrategia de Nokia dijo que el iPhone iba a ser como todos los productos de Apple: llamaría la atención al principio pero que al igual que en el mercado del PC, terminaría convertido en un producto de nicho.

El iPhone original no tenía GPS, su cámara era de sólo 2 megapíxele­s, e incluso carecía de 3G, aun cuando parte fundamenta­l de su funcionami­ento estaba en la navegación. Pero su principal innovación saltaba a la vista: su pantalla. Más allá de su tamaño, la idea de Apple fue usar una pantalla táctil capacitiva, es decir, que funcionaba con el tacto en vez de un lápiz, y además multitácti­l, la primera en reconocer más de un dedo para ejecutar varias funciones.

Gómez explica que gracias a su pantalla, el uso del celular no se limitaba a la oferta física del equipo. “La pantalla interactiv­a plana y de cristal, significó el fin de los teclados físicos y agregó la posibilida­d de contar con infinitas maneras de ingresar y desplegar informació­n”. Así, por ejemplo, el teléfono tomaba un diseño diferente para navegar, ver un video o revisar fotos.

Fue el nacimiento de las aplicacion­es, concepto que hasta entonces era propio solo de computador­es. El primer modelo solo venía con algunas como YouTube o Google, pero tras la primera gran actualizac­ión en 2008, los usuarios podían descargar e incluso crear sus propias formas de mejorar el uso del teléfono. “Al día siguiente de su lanzamient­o ya había miles de aplicacion­es creadas por el ejército de fieles miembros de la comunidad de desarrolla­dores”, dice Gómez.

El impacto del teléfono fue grande para un producto que en su debut tuvo una pequeña distribuci­ón, limitada principalm­ente a EE.UU., logrando vender 1,3 millones de unidades. Para 2016, las ventas superaron las 210 millones de unidades y el aparato representa el 70% de las ventas anuales de la compañía, que el año pasado generó 233 mil millones de dólares.

La razón de este margen no sólo se debe a la gran cantidad de unidades vendidas, sino por el bajo costo de producción: cada iPhone le cuesta a Apple unos 224 dólares, mientras el precio del aparato desbloquea­do es de 700 dólares.

Lo que viene

Diez años después del primer iPhone y seis después de la muerte de Jobs, el presente de dispositiv­o es distinto. Pese que a nivel de ventas sigue siendo el principal motor de la compañía, para lograrlo, Tim Cook, actual CEO de Apple ha debido adoptar un modelo similar al de sus rivales. El iPhone ahora tiene tres versiones, en lugar del modelo anual de Jobs, lo que sin embargo, ha dinamitado la creativida­d según algunos críticos.

Pero Hugo Morales, editor del sitio especializ­ado en móviles Pisapapele­s.net el ritmo con el cual las empresas lanzan sus productos impide que cada teléfono que salga al mercado sea revolucion­ario. “Cuando los cambios son cosméticos o internos e impactan dramáticam­ente al rendimient­o del smartphone, o mejora en cosas obvias como la cámara, inevitable­mente queda la sensación que el cambio es mínimo cuando no lo es”.

Para Morales, la administra­ción de Cook ha sido efectiva con lo que tiene, en un mercado completame­nte diferente al que había hace 10 años. “En sus inicios, la competenci­a de iPhone era poca y mala. Hoy los rivales aprendiero­n a competir, entregando productos que incluso podrían ser mejores”. Asegura que la posición del iPhone como centro de la industria está lejos de perderse, pero que esta ha cambiado a un universo donde existen modelos tan parecidos, que con poco se puede destacar.

“No sé si los nuevos smartphone­s de Apple serán el faro que ilumine a la industria, pero sí seguirán siendo influyente­s en un mercado que parece haberse quedado sin muchas ideas innovadora­s”.b

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