Theresa May no cumple las expectativas
tante que lo haga”, escribió Lord Stevenson.
El temor sobre esta materia llega al punto que la baronesa Alison Wolf, asesora del Departamento de Educación, advirtió que este proyecto puede llevar a crear un ambiente similar al “de la catástrofe estadounidense”. Esto, porque se teme que en vez de usar las ganancias para mejorar la enseñanza, es probable que las nuevas universidades fortalezcan su marketing y ventas. En una columna del diario The Telegraph, se señala que las universidades estadounidenses con fines de lucro gastan en promedio 22,7% de sus ganancias en marketing.
Otras de las preocupaciones radica en el Acuerdo Marco de la Enseñanza de Excelencia, el que estará fundado en tres pilares: tasas de retención estudiantil y de satisfacción estudiantil y las estadísticas de los resultados laborales de los graduados. Aspectos que -según los críticos, tanto laboristas, algunos conservadores y liberales demócratas- no miden la excelencia en la enseñanza. “Esto amenaza la forma en que los potenciales estudiantes hagan la correcta
La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, no pasa por un buen momento. Sus críticos destacan que le está pasando la cuenta el hecho que llegó al poder tres semanas después de la renuncia de David Cameron en junio del año pasado, sin pasar por unas elecciones. Unos de los mayores cuestionamientos es que la conservadora llegó con muchas promesas y la disposición para aplicar la salida de Reino Unido de la Unión Europea. De hecho, su frase al comienzo de su mandato fue: “Brexit significa Brexit”. Sin embargo, hasta ahora no ha presentado un plan, generando gran incertidumbre. La revista The Economist señala
evaluación académica al seleccionar la universidad”, señaló The Telegraph. El Consejo para la Defensa de las Universidades Británicas señaló que si la excelencia se basa en la satisfacción estudiantil, esto puede llevar a los académicos a generar el que tras seis meses en el número 10 de Downing Street hay muy poco que mostrar de la “revolución de May”. Esto, porque la estrategia por el Brexit (salida de Reino Unido de la Unión Europea), que debería iniciarse en marzo, permanece indefinida y parece “extremadamente caótica”. A juicio de la revista, el problema de la primera ministra es que “ella no sabe lo que quiere”.
Ahora May se encuentra enfrentando las críticas por la crisis que vive el Servicio Nacional de Salud que solicita mayor financiamiento. A ello se suman los cuestionamientos por sus gustos caros, como unos pantalones que cuestan US$ 1.000.
contenido y la evaluación del curso de forma menos demandante, lo que puede bajar los estándares.
Sin embargo, sus partidarios estiman que esto va a llevar a una mayor competencia e innovación y más oportunidades.b