LA MALDICIÓN
El multiinstrumentista Mike Zarin y el batero Tony Hajjar de At the drive-in llevan tiempo produciendo soundtracks para cine y videojuegos. Son el origen de Gone is gone, catalogado como súper grupo tras la inclusión del bajista y cantante de Mastodon Troy Sanders, y el guitarrista Troy Van Leeuwen de Queens of the stone age. El año pasado editaron un EP homónimo, fallido cóctel de alt rock y pasajes ambientales como antesala de este primer álbum formal que representa un avance respecto del flojo debut, aunque a pesar de las mejoras son más las dudas.
Gone is gone comete los mismos yerros de A perfect circle, otra banda con figuras reputadas del rock noventero, engolosinada con una sofisticación que apenas maquilla las pocas ideas. El material más directo resalta -Resurge, Ornament-, como hay canciones que inequívocamente remiten a los respectivos encantos de QOTSA y Mastodon, aunque sin una química particular, patente en Pawns donde el tema está repartido como territorio de guerra, los primeros tres cuartos para el tipo de riff que domina Van Leeuwen, y el remate para Sanders.
Quizás haciendo asados el cuarteto se lleva estupendo, pero en el estudio aún no encuentran un lenguaje que les permita desembarazarse de sus respectivas casas matrices, y superar la maldición de los súper grupos como empresas fallidas.