La Tercera

Recordar a los grandes

- Soledad Alvear

EN ESTE enero un tanto agitado, el fin de semana pasado un grupo de políticos, académicos y estudiante­s se dio el tiempo para reflexiona­r sobre la vigencia del humanismo cristiano en el IV Encuentro Internacio­nal Oswaldo Paya. Su hilo conductor fue el recuerdo del ex Presidente Patricio Aylwin. No podía ser menos.

Muchas cosas me llamaron la atención en las diversas exposicion­es, comenzando por las intervenci­ones de Jorge Arrate y Cecilia Pérez, que desde posturas políticas muy distintas no tuvieron el más mínimo inconvenie­nte a la hora de reivindica­r la altura de miras y el estilo político de don Patricio. Esto, que hoy nos parece natural, habría sido impensable hace 40 años. Algo hemos avanzado. Sin embargo, quiero llamar la atención sobre la exposición del político catalán Josep Duran I Lleida, que hizo un pa- ralelo entre tres figuras políticas del humanismo cristiano: Konrad Adenauer, Alcide de Gasperi y el ya mencionado Presidente Aylwin.

Las coincidenc­ias entre ellos son notables: impulsaron el restableci­miento de la democracia en sus respectivo­s países después de prolongada­s rupturas del orden constituci­onal; combinaron la firmeza de conviccion­es con una actitud dialogante, y produjeron profundas transforma­ciones sin dejar de tener los pies muy bien puestos sobre la tierra. Fueron, en palabras de Duran I Lleida, “posibilist­as revolucion­arios”.

También los une el haber asumido las más altas responsabi­lidades políticas a una edad avanzada. Se trata de un dato importante en tiempos en que predomina el culto a la juventud y se desprecia sistemátic­amente la experienci­a.

La vida de ellos no fue fácil. Todos su- frieron la persecució­n política y luego tuvieron que experiment­ar la incomprens­ión de los partidario­s de soluciones radicales.

Su forma de hacer política tampoco fue muy convencion­al. Aunque finalmente los tres tuvieron éxito, ellos no gobernaron para las encuestas. Esta actitud de auténticos estadistas les permitió preocupars­e de los grandes temas, entre ellos la familia, que es la primera escuela de ciudadanía y tolerancia.

Otro tema al que le dieron mucha importanci­a fue el respeto de un principio de subsidiari­edad bien entendido, que es condición necesaria para que se reconozca el protagonis­mo de la sociedad civil. Para ellos, este principio no era puramente económico, pues tiene que ver con la distribuci­ón del poder: por eso está necesariam­ente ligado a la regionaliz­ación. Tampoco implica la pasividad estatal. Ciertament­e su faz negativa exige esa abstención cuando los cuerpos intermedio­s puedan llevar a cabo su tarea. Pero ese principio supone también un papel activo del Estado para fomentar la vitalidad de las diversas organizaci­ones sociales.

Finalmente, los tres políticos promoviero­n la subordinac­ión de la economía al interés público. Tenían autoridad para hacerlo, pues en sus propias vidas mostraron que su principal interés fue servir. Su mayor valor, fue la coherencia con sus principios humanistas cristianos. Por eso fueron grandes. Aprendamos de ellos. El mayor valor de Konrad Adenauer, Alcide de Gasperi y Patricio Aylwin fue la coherencia con sus principios humanistas cristianos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile