LA PRIMERA VEZ DE HOYOS
Cuesta aplaudir o ser tan drástico con dos amistosos, los primeros en la misión de Guillermo Hoyos. Me encontré con las ideas iniciales del nuevo técnico, pero conviviendo con los mismos fantasmas de estas últimas temporadas. Se los digo en la primera línea: si la “U” continúa cometiendo errores infantiles en su defensa, no podrá crecer como equipo. Si Gonzalo Jara y Cristian Vilches no otorgan seguridad ningún entrenador podrá pensar en un título. Las fallas son tan notorias que superan a cualquier maquillaje ofensivo. La única tarea de Jara es ser el central de la selección, así Vilches crecerá a su lado (como lo hizo con Barroso) y le darán pies de acero a una defensa que hoy tiembla religiosamente.
¿Qué buscó Hoyos? Intentó tener amplitud en la cancha con los dos laterales (Matías Rodríguez y Franz Schultz con perfil cambiado) que subían al mismo tiempo para cerrar la jugada por el lado contrario. Dispuso de tres delanteros: un nueve y dos punteros. Encontrando en Sebastián Ubilla el más profundo, jugó por la izquierda y fue por lejor el más punzante de todos. Leandro Benegas se entendió inteligentemente con Felipe Mora contra La Serena ya que con Belgrano estaban abandonados. Mario Briceño, salvo un remate, su aporte por la banda fue nulo, él debiera tener su espacio dentro del área y no peleando contra la línea. Gonzalo Jara aportó con su pase perfecto de 50 metros a las bandas lo que generó un paso más rápido a una faceta ofensiva. En la mitad de la cancha hay sustancia. El retorno de Gonzalo Espinoza le otorgó otra cuerda afinada. Su recorrido, su retroceso, su pase profundo y movimientos para cubrir espacios lo transformaron en el más completo en esta gira. Es el volante diferente, llegó maduro, con más pausa en la cancha y con esa visión de campo que genera frecuentemente una habilitación sorpresiva. El se acomodó con los centrales y liberó a Lorenzo Reyes y al chileno Lorenzetti.
¿Lo malo? La falta de un habilitador, no tienen el último pase para los delanteros. Con Belgrano terminó con 4 puntas desvalidos e inocentes. Ese gran 10 le pena a la “U”. Función que no le corresponde a Gastón Fernández ni a Gustavo Lorenzetti. Otro punto negro que observé es la falta de un líder, lo noté un equipo callado, tímido, sin un gran estimulador interno. En ninguna línea emergió ese “cabrón” que los cacheteara para buscar una reacción. Ninguno grita como antes lo hacían: Luis Musrri, Marcelo Salas, Sergio Vargas, etc, alaridos que muchas veces son útiles para avivar a un grupo somnoliento.
Hasta hoy Hoyos avanza plácidamente y con su mesura acostumbrada pero me imagino que con los horrores defensivos y sin un 10 de verdad su moderación va a desaparecer.