El futuro Ministerio de Ciencia y Tecnología

Señor director:

Esta semana se dio un paso importante en cuanto a la firma del proyecto de Ley que crea el Ministerio de Ciencia y Tecnología. Al fin podemos decir que el llamado que ha hecho la comunidad científica por años respecto a la necesidad de establecer una institucionalidad en el área ha sido escuchado.

Y si bien no ha sido socializado aún, es de esperar que al ingresar esta iniciativa al Congreso, los parlamentarios y la autoridad escuchen la mirada de los distintos actores y expertos. Si como país queremos un proyecto que realmente fomente la ciencia, ningún actor debe quedar fuera de esta discusión, pensando en el bienestar de Chile por sobre visiones particulares.

Para que un ministerio en esta área cumpla su rol a cabalidad, el aspecto técnico, las experiencias comparadas y el análisis de modelos exitosos es fundamental, por lo que se espera que la discusión sea rica en dichos aspectos, evitando con ello el que una institucionalidad tan esperada por años carezca de la relevancia que hoy se necesita.

A modo general, este proyecto debe considerar algunas líneas muy relevantes: el rol de las universidades en la producción científica (como los principales productores de ciencia en Chile), los incentivos a la innovación y el escaso financiamiento que hoy invierte el país en ciencia. No está de más recordar que Chile solo invierte un 0,38% del PIB en ciencia, mientras que los países de la OCDE tienen un promedio de 2,3%. De hecho, si consideramos que el PIB de Chile es mucho menor que los países de la OCDE, los recursos que nuestro país designa a esta área son aún más escasos.

Por lo tanto, si Chile no logra invertir los recursos necesarios para hacer ciencia y con ello darle la prioridad necesaria, el futuro ministerio será una iniciativa que lamentablemente no tendrá mayor impacto. Hoy recién estamos frente a un primer paso, por lo que queda un largo trabajo por delante si queremos realmente recuperar el tiempo perdido. la diversidad y, por el contrario, concibe el mundo actual como una carrera en la que un país debe ganar a los demás, el panorama es desalentador.

Como dijera Washington en 1789, “la preeminencia de una nación libre se demostrará mediante todas las cualidades que merezcan el aprecio de sus ciudadanos y el respeto del resto del mundo”.

Ojalá el pueblo norteamericano no olvide el rol que han jugado la tolerancia y el respeto en el desarrollo de esa sociedad democrática que todos han ayudado a construir, nacionales y extranjeros. consecuencias: centenares de miles de víctimas y enormes cifras de inmigrantes que están colapsando Europa. Estamos en un mundo que algunos analistas ven al borde de la Tercera Guerra Mundial, otros dicen que ya se inició, aunque es muy probable que todos ellos exageren tanto como los rabiosos detractores de Trump.

Barack Obama tuvo éxito en algunos temas internos de Estados Unidos, pero en causar problemas internacionales, por acción u omisión, Obama le deja la vara muy alta a Trump.