GENERACION XX
Romy Madley Croft y Oliver Slim, las voces de The XX, se conocen desde niños. Nunca han estado separados más de tres semanas, así de amigos. El reparto lo completa Jamie Smith, figura por cuenta propia desde 2015 cuando editó In colour bajo el nombre Jamie xx, uno de los títulos de la temporada. El debut homónimo de estos londineses apareció en 2009 y a los tres años siguió Coexist, siempre cosechando halagos coincidentes en destacar el minimalismo contenido en su electrónica romántica con tintes de indie pop, y letras sufridas donde Romy y Oliver se hacen cargo también de guitarra y bajo respectivamente, mientras Jamie orquesta el entramado restante con sintetizadores y percusión, además de producir la discografía.
El barullo en torno al regreso de The XX, uno de los nombres fuertes de la próxima edición de Lollapalooza en Santiago, confunde un tanto y hace click con el entusiasmo destemplado en torno a The Weeknd, otra de las estrellas pop del momento programadas en el festival. El trío ha logrado dar con un tipo de canción evocativa, de talante litúrgico, perfectamente ensamblada en su sonido, que ha convertido a The XX en los favoritos de publicistas dadas sus características sofisticadas, modernas, y de tibia sensualidad. Las composiciones no responden a la lógica tradicional del pop con coros bien diferenciados, sino que fluye una dinámica entre los vocalistas más pendiente de construir un relato de tintes amorosos y atormentados, donde siempre importa mucho el sentimiento, el cómo-me-siento y qué-me-estápasando, actitud millenial 100%.
I see you no es tan bueno como dicen, pero su encanto es paulatino. Hay cierta uniformidad en el encuadre de las melodías vocales y con el correr de los temas ese punto se torna predecible. Oliver tiene una voz grata pero no baraja muchas ideas para interpretar sus líneas ni posee un rango amplio, mientras Romy cuenta con un bello registro aunque tropieza con la misma piedra de su compañero, tiende a cantar todo igual. Ante esos detalles la atención se vuelca hacia la labor de Jamie como constructor de delicados ambientes. Sus arreglos rebosan buenas ideas y gusto: los bronces en la cadenciosa Dangerous, las percusiones urdidas mediante ecos en Say something loving, el dramatismo gradual que se apodera de A violent noise -una de las mejores del álbum-, y el ingenioso uso del sampleo en On hold que encapsula un fragmento de I can go for that (no can do) de Hall & Oates, otro de los puntos altos del disco. The XX tiene trabajo por delante. Es un cancionero original pero aún en progreso.
The XX
El disco no es tan bueno
como dicen, pero su encanto es paulatino.