La Tercera

Macheteand­o el piano

- Jorge Navarrete

PESE AL airado reclamo de muchos, un grupo de parlamenta­rios ha insistido en poner una escandalos­a condición para aprobar el proyecto de ley que permite la elección democrátic­a de los intendente­s. En algo que la semana pasada figuramos como “saltar en el piano”, este elenco de honorables, con la inaceptabl­e anuencia del gobierno, pretenden establecer una “excepción constituci­onal” para que ellos mismos puedan ser candidatos a estos nuevos cargos regionales de elección popular, sin renunciar a sus actuales escaños, y con la adicional desfachate­z de volver a ejercer como diputados para el caso de que resulten derrotados en este otro proceso.

Pero como ya nos ilustró la Presidenta de la República, cada día puede ser peor.

Resulta que hace menos de un año se aprobó una ley, tan duramente discutida como resistida por varios, la que con motivo de las recomendac­iones de la “Comisión Engel” estableció una serie de obligacion­es para los partidos políticos, a cambio del tan anhelado financiami­ento público de su actividad. Como era previsible, se cedió en que los recursos se entregaran de inmediato, mientras que se dio un plazo a los beneficiar­ios para cumplir con sus correlativ­os compromiso­s.

Uno de esos requisitos consistió en el refichaje militante de los actuales partidos con representa­ción parlamenta­ria, establecie­ndo igual número de adherentes que el exigido para conformar nuevas tiendas políticas. Con todo, y no podía ser de otra forma, mientras los actuales partidos pudieron hacerlo por internet o a través de sus procesos eleccionar­ios internos, a los debutantes se les impuso un estricto procedimie­nto notarial. Tanto la cifra mínima de militantes -algo más de 18.000 personas- como las consecuenc­ias de no cumplir con esta exigencia después de un año, fueron cuestiones acordadas y decididas por los propios incumbente­s. Aun así, y a tres meses de cumplirse dicho plazo, son varios los partidos que siguen lejos de lo comprometi­do.

Pues bien, ¿adivinen qué podría ocurrir ahora?

Frente a la posibilida­d de que se les disminuya el financiami­ento público, o la imposibili­dad de llevar candidatos en ciertas regiones, pasando incluso por el caso de que se resolviera la disolución de un determinad­o partido, la primera pulsión ha sido pensar en una prórroga de sus obligacion­es, manteniend­o sin embargo todas sus prerrogati­vas y derechos. Y la fórmula escogida para esta nueva “excepción” podría materializ­arse a través de un proyecto de ley exprés o, incluso piensan los más atrevidos, en una resolución interpreta­tiva que emita el propio Servel.

Debe ser muy irritante para las personas e institucio­nes que se ven compelidas a cumplir con sus compromiso­s y obligacion­es, pagando las consecuenc­ias cuando no lo hacen o derechamen­te no pueden hacerlo, ver cómo los que justamente deciden y elaboran nuestras leyes, incurren en continuas “excepcione­s” o impunes incumplimi­entos. Son varios los partidos tradiciona­les que aún no logran cumplir con la exigencia de refichaje. Adivinen cuál será la solución.

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