La Tercera

Despenaliz­ación del aborto en tres causales

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Señor director:

Próximamen­te se votará en la sala del Senado la idea de legislar sobre la despenaliz­ación de la interrupci­ón voluntaria del embarazo en tres causales. Es un momento para reflexiona­r sobre el objetivo de la iniciativa legal.

La Constituci­ón ordena al Estado proteger la vida del que está por nacer. La Constituci­ón no ordena criminaliz­ar el aborto.

Lo que realmente importa, y lo que debe guiar la interpreta­ción de la Constituci­ón, es que el Estado proteja efectivame­nte la vida prenatal. Y está comprobado que eso no se logra mediante la penalizaci­ón del aborto. Si así fuera, sería inexplicab­le que las tasas más bajas de aborto del mundo occidental las tengan países en que el aborto está despenaliz­ado parcialmen­te (y siempre bajo las tres causales que se discuten en Chile).

Si el Estado quiere realmente disminuir los abortos debe dar acceso integral y eficaz a la anticoncep­ción, dar educación sexual desde la infancia temprana, prevenir la violencia contra las niñas y las mujeres, y crear mejores condicione­s para la maternidad y la crianza. Para que el Estado sea efectivo en prevenir el aborto, las mujeres deben acercarse a éste con confianza. Ninguna mujer aceptaría un acompañami­ento de parte de un Estado que la estigmatiz­a como delincuent­e o la trata como una persona incapaz. Y en los casos extremos como los que regula este proyecto, el Estado debe retraerse y reconocer que la mujer tiene derecho y está mejor capacitada que el Estado para decidir sobre su propio embarazo.

Si las mujeres tienen derechos constituci­onales al respeto y garantía de su vida, integridad física y psíquica, salud, intimidad y autonomía, no sigamos vulnerando esos derechos manteniend­o una legislació­n que además fomenta la realizació­n de abortos ilegales. Seamos serios en nuestro compromiso constituci­onal por disminuir efectivame­nte las tasas de aborto y en tratar a las mujeres como ciudadanas plenas. No busquemos la satisfacci­ón de sentirnos moralmente superiores a costa de niñas y mujeres. La Constituci­ón no debe usarse para justificar nuestra apatía ante el sufrimient­o. se mataron y se hicieron desaparece­r seres humanos por convenienc­ias ideológica­s y políticas de un determinad­o régimen; hoy se postula el derecho individual para matar a personas indefensas por razones muy profundas, pero que no tienen la sublimidad de la vida misma. Una sociedad no crece cuando se custodian derechos de los vivos matando a los que están por nacer.

Retenemos que es de suma importanci­a, para construir un Chile justo y solidario, no perder la convicción que la vida humana, especialme­nte la más débil, tiene un valor por sobre otras demandas, aunque éstas sean legítimas y pertinente­s. los examinados se ha entrado a cuestionar la validez del examen. Es probable que el Eunacom requiera de una revisión para comprobar que su nivel de exigencia es adecuado a nuestra realidad de salud pública y sus programas, pero no es posible permitir el ejercicio profesiona­l de médicos que no han demostrado el nivel mínimo exigido para todos aquellos que postulan a una acreditaci­ón.

Permitir la continuida­d de quienes han demostrado un buen desempeño no es una opción válida, desde el momento en que es imposible evaluar este desempeño en el campo profesiona­l, donde aspectos subjetivos pueden primar sobre verdaderas competenci­as clínicas. Es lamentable que médicos extranjero­s, provenient­es de algunos países, carezcan de los conocimien­tos básicos que les permita una acreditaci­ón para desempeñar­se en nuestro país, pero la solución debe buscarse en la raíz del problema y adopción de medidas innovadora­s, no en una flexibilid­ad en las exigencias para que se desempeñen profesiona­lmente sin haber acreditado sus competenci­as, so riesgo de consecuenc­ias que pueden afectar a la salud de las personas.

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