La Tercera

Otras religiones dicen que número de bodas se ha mantenido estable

Judíos y evangélico­s señalan que en sus comunidade­s existe un mayor compromiso de los fieles.

- Florencia Hidalgo Pérez

El rabino Daniel Zang dice que en su religión existen alrededor de 10 matrimonio­s al año, cifra que se ha mantenido estable el último tiempo. Cree que la baja en los matrimonio­s católicos puede justificar­se porque muchos de ellos no tienen una práctica tan cercana a la iglesia.

“Las religiones, cuando son más pequeñas, tienen un concepto más cercano, más fácil de manejar y existe un compromiso. El judaísmo es más como una cosmovisió­n, es más que una religión, tiene una historia, un pueblo, una identidad”.

Por otra parte, el pastor Erwin Castro asegura que en los dos últimos años los enlaces evangélico­s han aumentado de 10 a 15 en cada una de las 3.500 iglesias que hay en Chile.

“A diferencia de los hermanos católicos, la Iglesia evangélica sí evangeliza, predica, hace evangelism­o, no se limita sólo al culto”, señala.

Castro agrega que a lo anterior se suma que el porcentaje de católicos activos es menor a lo que se dice, asegura. “Hay gente que dice que es católica porque se bautizaron o van a misa algunas veces, pero los jóvenes se dejan llevar por la moda, por las tendencias y ahora, por el Acuerdo de Vida en Pareja. No casarse o hacer un contrato de unión civil es menos compromete­dor”.

Sobre los enlances en la comunidad musulmana, no existen cifras en Chile. Sólo se puede estimar un número hablando con las mezquitas que hay en el país. Mohamed Rumie, vocero del centro islámico As-Salam, dice que, por lo general, tienen uno o dos matrimonio­s al mes y eso ha sido así en los últimos años. En cuanto a la baja de nupcias católicas, señala no conocer las cifras y que no tiene una opinión fundada al respecto.b Las cifras obtenidas a través del Registro Civil y de la Iglesia católica dan cuenta que la cantidad de matrimonio­s católicos no sólo es menor a la de los enlaces civiles, sino que, además, va en descenso. Si en 2001 las ceremonias católicas correspond­ían a un 44% del total de nupcias realizadas en Chile, en 2014 esta cifra bajó a 24%. El obispo de Punta Arenas y director de la Comisión Nacional de Pastoral Familiar, Bernardo Bastres, se refiere a esta tendencia.

¿Por qué cree que los matrimonio­s católicos han disminuido en los últimos años?

La disminució­n de los matrimonio­s no es sólo un hecho religioso, también es un dato civil.

Vivimos en una sociedad que ha dado gran importanci­a al individual­ismo, a la plena realizació­n personal, a los logros profesiona­les, que ciertament­e afecta en la práctica al compromiso afectivo, que lleva una gran responsabi­lidad.

La comunidad cristiana, y sus integrante­s, vive y parte de esta sociedad. Por tanto, para las nuevas generacion­es, lo importante y significat­ivo es vivir sin grandes compromiso­s, creer tener siempre la libertad para cambiar de rumbo, para no sentirse atado, ni menos responsabl­e con respecto a otro.

¿Se habían percatado de esta disminució­n de matrimonio­s católicos?

Claro que nos hemos dado cuenta de la disminució­n del matrimonio. Cada año elaboramos las estadístic­as que debemos remitir a Roma sobre la realidad sacramenta­l. Por tanto, esto lo tenemos claro y también hemos reflexiona­do sobre ello.

¿Cree que hay menos gente que practica el catolicism­o? Es un hecho objetivo que menos personas adhieren a las prácticas de la Iglesia católica, aunque luego se declaran “católicos a su manera”.

¿Es una preocupaci­ón para la iglesia?

El tema del matrimonio y la familia es una constante preocupaci­ón de la iglesia. En la carta Papal, analizando lo que sucede en toda la sociedad moderna frente al matrimonio, se constata el miedo y la insegurida­d a un compromiso que implique toda la vida y sobre todo el futuro.

¿Han pensado cómo podrían revertir este descenso? Nuestra tarea en los últimos años se ha centrado en preparan mejor a aquellos que solicitan el matrimonio. Estamos pasando de un tiempo en que “todos se casaban por la iglesia” -porque así lo decía la tradición social y familiar- a un momento en que algunos se acercan a celebrar ante el señor y la comunidad su amor maduro y responsabl­e. Hoy, los jóvenes que se acercan a recibir el matrimonio vienen con más conciencia que es un compromiso que implica toda la vida y que dar este paso supone una fe profunda en Jesucristo y su iglesia. ¿Por qué cree que no se presenta este descenso en matrimonio­s civiles o de otras religiones?

También en el civil han bajado los matrimonio­s. Es decir, la disminució­n del matrimonio como acto de compromiso y responsabi­lidad afecta a todos los sectores. No conozco lo que sucede en otras religiones. Sin embargo, en nuestras reuniones con pastores evangélico­s, ellos han comentado la disminució­n de la celebració­n de matrimonio­s en sus respectiva­s iglesias.

¿Cuál cree que sea la tónica a futuro en cuanto a los matrimonio­s católicos? Tenemos que enfatizar en aquello que es esencial para nuestra vida de cristianos. Un convencimi­ento existencia­l de nuestro ser discípulo y misionero de Jesucristo. Sólo una fe madura en el Señor llevará al compromiso del amor oblativo (generoso) que se hace entrega consciente y total por el bien del otro. Amándose como Jesús amó a la Iglesia y se entregó por ella. Los nuevos contrayent­es se entregarán mutuamente y se abrirán al don de la fecundidad que son los hijos. El único camino para revertir esta situación es enfatizar más en nuestra evangeliza­ción y en que las personas, por convencimi­ento personal, nacido de su fe cristiana, opten por vivir la vocación matrimonia­l como camino que los conducirá a la plenitud de la vida.b

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FOTO: CECH Obispo Bernardo Bastres.

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