Cortina de humo
LOS INCENDIOS, con toda razón, han concentrado la atención durante la mayor parte de este año. Eso ha permitido que noticias, que en otro momento habrían captado nuestra atención, hayan pasado prácticamente desapercibidas. Se ha producido lo que en el mundo del espectáculo conocen como una “cortina de humo”, lo cual en este caso se aplica casi literalmente.
En el plano económico, una de esas noticias fue la decisión de Standard and Poor’s (S&P), una clasificadora de riesgo internacional, de poner a Chile en revisión para rebajar su clasificación de riesgo. La decisión de S&P se suma a la ya adoptada hace un par de meses por Fitch Ratings, otra de las clasificadoras de riesgo que le ponen nota a la solvencia internacional de nuestro país. La decisión de estas agencias internacionales se produce al mismo tiempo en que el ministro de Hacienda anuncia que va requerir endeudar al fisco chileno en US$ 9.000 millones para financiar los gastos públicos que exceden los ingresos que proyecta recibir durante el 2017.
Obviamente ambas noticias están relacionadas. Chile tiene la mejor clasificación de riesgo internacional de todos los países de América Latina y una de las mejores del llamado grupo de países emergentes. Esto no es casualidad. La virtuosa combinación de ser un país con alto crecimiento económico, un consenso amplio en torno a su estrategia de desarrollo y un manejo austero y responsable del presupuesto del sector público nos llevaron a ese sitial. Pero todo ello se ha deteriorado considerablemente en los últimos tres años. Chile enfrenta el 2017 su cuarto año consecutivo con tasas de crecimiento en torno al 2%; el promedio de los 30 años anteriores al actual gobierno es superior al 5%. El con- senso en torno al modelo de desarrollo se esfumó. Basta ver las principales políticas implementadas por el gobierno y la retórica de los candidatos Guiller y Lagos para comprobar su desafección con el modelo de desarrollo que Chile mantuvo con mucho éxito por más de 30 años. Respecto del manejo de la billetera fiscal, el hecho que después de haber hecho una reforma tributaria que debía recaudar mas de US$ 8.000 millones anuales, tengamos que endeudarnos en otros US$ 9.000 millones anuales, lo dice todo. Cualquier padre o madre de familia sabe que el endeudamiento permite adquirir bienes hoy a costa de sacrificios en el futuro. Los US$ 9.000 millones que está pidiendo prestados Valdés los van a pagar las futuras generaciones con mayores impuestos.
Cuando logremos apagar los incendios y el humo que ha permitido esconder estas malas noticias ya no esté más, volveremos nuevamente nuestra atención al hecho de que el gobierno de la NM nos ha hecho un país menos próspero, más riesgoso, más endeudado y más dependiente del financiamiento internacional. Para algunos el panorama no será tan nítido, porque siempre está el recurso de las cortinas de humo. Como que la culpa es de los empresarios egoístas, o del precio del cobre o la desigualdad heredada de la oligarquía española. Será como acusar a las distribuidoras de electricidad de los incendios, para ocultar la deficiente gestión del gobierno en los megaincendios que han asolado a Chile. Cuando se logren apagar los incendios, volveremos nuestra atención al hecho de que el gobierno de la NM nos ha hecho un país más endeudado.