Casos de contagios de Hanta en enero llegan a la cifra más alta en los últimos tres años

En primer mes de 2017 hubo 13 infecciones, mientras que en ese período de 2016, ocho, y de 2015, tres. Expertos hacen llamado a prevenir y seguir recomendaciones para evitar este virus.

Hasta ayer habían sido confirmados 18 casos de contagios de virus Hanta y cinco fallecidos. Además, sólo en enero hubo 13 infecciones, una cifra que supera el mismo período de 2016, en que hubo ocho afectados, y de 2015 y 2014, que terminaron ese mes en tres y 12 casos, respectivamente.

En la actualidad, son tres los jóvenes que se encuentran internados en la Clínica Alemana debido al virus. Esto luego que ayer se confirmará un nuevo caso, de una menor de 13 años que está en condición estable. Mientras que los dos jóvenes de 15 años continúan en estado crítico y conectados a respiración artificial.

Jaime Burrows, ministro (s) de Salud, explica que “el promedio de presentación de contagios en enero es de 14. Sin embargo, se mueve dentro de un rango entre los 11 y los 17 o 18 casos. Por lo tanto, si bien estamos sobre el promedio, nos hallamos dentro del rango esperable, sobre todo para un año como el presente”.

El hanta es una enfermedad infecciosa que puede ser mortal y que se contagia mediante el contacto con fluidos del ratón silvestre de cola larga (Oligoryzomys longicaudatus) que porta el virus, a través de las fecas y orina que dejan en matorrales o espacios cerrados. Así, por medio de la respiración, estos contenidos son inhalados (ver infografía).

“Los síntomas habituales son fiebre alta y dolor muscular, muy similar a lo que es un cuadro gripal, y además puede haber dolores de cabeza, abdominales y estomacales. Todo esto dura entre una semana y cinco días y de ahí aparece la fase más grave, con cuadros respiratorios y compromiso cardíaco”, dice Marcos Huilcaman, infectólogo de la Clínica Ciudad del Mar.

Sin embargo, la situación actual no es sinónimo de una epidemia, pues, según los expertos, responde a un aumento en la reproducción del ratón debido a factores climáticos que han permitido la abundancia del bambú llamado quila.

“El número de contagios está dentro de lo esperable para un año. En un año uno ve entre 50 y 60 casos en Chile, lo que sí ocurre es la aparición de cuadros asintomáticos en el verano”, indica Katherin Falck, directora de la Central Médica y Desarrollo Clínico de Help.

Además, primavera y verano “Si bien estamos sobre el promedio, nos hallamos dentro del rango esperable”. es la época propicia para el desarrollo del virus, debido a la mayor circulación de personas en zonas rurales. Junto con esto, como factor también podrían haber influido los incendios forestales. “Puede haber un cambio epidemiológico causado por los siniestros, ya que el ratón emigra de estas zonas rurales, arrancando del fuego, a las zonas pobladas”, dice Huilcaman.

Respecto del diagnóstico, “es bueno ver cómo evoluciona en 24 horas, ya que el virus avanza rápido y el tratamiento debe ser precoz. Si en esta evolución los síntomas van en aumento, especialmente en el área respiratoria, es necesario hacer lo posible por establecer el diagnóstico”, sostiene Sergio Alvizú, urgenciólogo de la Facultad de Medicina de la U. San Sebastián.

Añade que, en ese caso, “hay que practicar los exámenes de sospecha: un hemograma y una radiografía de tórax”, y derivar al paciente a un centro de alta complejidad, donde se pueda implementar el tratamiento con los recursos necesarios.

Existe diversas medidas de prevención para evitar el contagio del virus, tanto para quienes trabajan o viven en el campo como para quienes realizan actividades de recreación. Entre ellas se cuentan la ventilación de lugares cerrados, la limpieza de utensilios de comida, evitar internarse en matorrales, recoger frutos silvestres, entre otras.

“Si se entra a un lugar que ha estado cerrado en una área rural, es mejor ventilar muy bien y después no usar una escoba, sino que mojar las superficies con solución desinfectante. Es importante, además, mantener una buena higiene con los alimentos y la basura”, afirma Carlos Rivera, jefe de Urgencias de la Clínica de la U. de los Andes.b