Sistema energético
UNO DE los cambios estructurales que se visualiza en el sector energía durante los próximos años, y quizás décadas, es la participación activa de la ciudadanía y de una multitud de proveedores y desarrolladores de tecnologías y proyectos, tanto a nivel de generación como a nivel de la gestión de la demanda.
El ciudadano se vuelve un actor cada vez más relevante para implementar acciones de eficiencia energética, y ha empezado a participar directamente en proyectos de generación propios. Quiere decidir e incidir cada vez más activamente en las decisiones que se toman en cuanto al desarrollo y la planificación de su entorno. Se involucra en los procesos de planificación territorial y en las iniciativas de inversiones en su territorio.
Hacer partícipe a la sociedad, y avanzar en un desarrollo energético inclusivo que se realice en forma alineada con las comunidades, es uno de los planteamientos de la Agenda de Energía. A su vez, en la Política Energía 2050, uno de sus lineamientos se refiere a la promoción de la implementación de desarrollos energéticos y proyectos impulsados por pequeños productores y comunidades interesadas en aprovechar los recursos energéticos de su territorio.
Para ello, una de las iniciativas relevantes que creamos en el Ministerio y que hemos implementado en los últimos dos años, es el Programa Comuna Energética. El programa apoya a los municipios que quieren potenciar la generación descentralizada, proyectos de eficiencia energética y la utilización de recursos energéticos locales para mejorar la calidad de vida de sus vecinos, involucrándolos en un proceso participativo.
Las 23 comunas del país que están participando actualmente generan un diagnóstico de su situación, una visión de largo plazo y un plan de acción con proyectos muy concretos en el ámbito de las energías renovables y la eficiencia energética.
Ejemplos incluyen comunas muy diversas, desde Monte Patria, cuya visión es “Monte Patria, comunidad que aprovecha los recursos energéticos renovables de sus valles, educadora en energías, eficiencia energética y sustentabilidad”, y donde se cofinanció con el Ministerio de Economía un proyecto de abastecimiento energético con energía solar para los más de 300 crianceros de la zona que tienen veranadas de tres meses en los cerros entre Chile y Argentina; hasta Coyhaique, donde los actores locales dieron prioridad a una calefacción eficiente y acondicionamiento térmico de sus colegios.
Se busca, además, promover nuevos modelos de negocio que fomentan el rol de las organizaciones, instituciones y agrupaciones locales en la generación energética, y que buscan generar mayor competitividad y eficiencia en el mercado, generando modelos colaborativos basados en mayor información, mayor transparencia y mayor asociatividad.
Un cambio estructural generalmente toma varios años para su concreción. En este tipo de cambios confluyen acciones de una multitud de organizaciones e individuos, públicos y privados, proyectos, programas, planes y regulaciones. Espero que en los próximos años se genere la masa crítica para que los proyectos energéticos locales constituyan una contribución relevante a la matriz energética nacional. Hacer partícipe a la sociedad, y avanzar en un desarrollo energético inclusivo, es uno de los planteamientos de la Agenda de Energía.