A la velocidad de la luz
Cuesta encontrar algún equipo en el mundo que juegue con cuatro delanteros y que al mismo tiempo muestre tanta obsesión por la recuperaciónrápida del balón. Uno de los discursos habituales de los técnicos es que mientras más delanteros se utilizan, menos hombres quedan dispuestos para defender. Pero en el caso de Everton, Vitamina Sánchez está dispuesto a correr el riesgo. Y vaya que le ha dado éxito.
En la primera fecha ya había dado una señal de alerta ganando en Antofagasta. Pero el gran golpe, sin duda, lo dio ante la UC. Su cuarteto de ataque, donde Nico Orellana era el que más se retrasaba de los cuatro, resultó indescifrable durante 60 minutos para Mario Salas. La velocidad con que salían los cuatro atacantes cada vez que el equipo recuperaba el balón era llamativa. Explosión por las orillas y mucha precisión por los pasillos internos para encontrar los espacios de cara al gol.
Pero tanto esfuerzo ofensivo también tiene una alta cuota de equilibrio defensivo, donde la dupla de volantes centrales -Ochoa y Echeverría- cumple un trabajo fundamental. Primero aprovechando su estatura, ambos se empinan sobre 1 metro 80, para ganar los balones aéreos en la mitad de la cancha, sino que además son capaces de distribuir muy bien el juego. Al no tener un mediocampista de enlace, ambos son fundamentales para hacer partícipe a los cuatro de adelante.b