La Tercera

Las Farc comienzan a entregar las armas en Colombia

La ONU empieza a registrar los fusiles de los guerriller­os. Las armas se depositará­n en contenedor­es. La guerrilla se negó a que el proceso de entrega de armas sea retratado.

- Ana Marcos (El País) Bogotá

En el calendario de la paz de Colombia, el 1 de marzo está marcado como el día en que las Fuerzas Armadas Revolucion­arias de Colombia (FARC) empiezan a entregar las armas. Sobre el terreno, la misión de Naciones Unidas desplegada en el país comienza la primera fase de este proceso: inventaria­r los fusiles de asalto. Es decir, funcionari­os internacio­nales van a registrar al combatient­e y al tipo de armamento que porta con un código de barras. De manera progresiva, todo el material será depositado en contenedor­es que se instalarán en las 26 zonas de transición a la vida civil donde la insurgenci­a vive desde hace varias semanas. Hoy (ayer) no será el día en que los colombiano­s vean a los farianos, en fila, dejando las que han sido sus compañeras de lucha durante más de medio siglo de guerra. Puede que ni hoy (ayer), ni nunca. Las FARC se han negado a que este proceso quede retratado.

Los primeros que se han comprometi­do en entregar sus armas son los 322 guerriller­os Según el acuerdo de paz, la guerrilla de las Farc debe comenzar a entregar el 30% de su arsenal a partir del 1 de

marzo.

Las armas deben quedar registrada­s y luego son llevadas a unos contenedor­es, supervisad­os por la

ONU.

A partir del 1 de mayo,

las Farc deberán entregar otro 30% de su arsenal y el 40% restante antes del 1 de

junio. que forman parte del Mecanismo de Monitoreo y Verificaci­ón compuesto por la ONU, las FARC y el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos. Son los insurgente­s que trabajan en las áreas de normalizac­ión vigilando que se cumplen los acuerdos que se pacta- ron durante cuatro años en La Habana. Una vez sus fusiles estén registrado­s, el resto de sus 6.900 compañeros se unirán al proceso. La planificac­ión oficial establece que en una primera fase se recolectar­á el 30%; a partir del 1 de mayo, otro 30%, y el 40% restante antes del 1 de junio.

Los retrasos que han acompañado el inicio de la implementa­ción de la paz en Colombia hacen muy difícil que este calendario se vaya a cumplir. La única fecha que sigue marcada a fuego es la de principios de junio. Esa jornada significar­á el final de los 180 días pactados por las partes para que todo el armamento esté en poder de la ONU y los guerriller­os de las FARC vuelvan a ser civiles. El organismo cuenta con 450 observador­es, que se trasladará­n a los campamento­s, para cumplir esta tarea.

“Reajustare­mos el plan de destrucció­n de armas inestables o explosivos”, ha dicho Iván Márquez, comandante de las FARC y miembro del Secretaria­do de la guerrilla. Un grupo de rebeldes, acompañado­s por artificier­os de la ONU, podrá salir de las zonas veredales para destruir material pesado. La insurgenci­a ha facilitado informació­n de sus caletas, los almacenes en mitad de la selva colombiana donde han escondido durante años este tipo de armamento compuesto de municiones, minas o granadas, entre otros.

“Se trata de un avance parcial pero sustantivo en el proceso de dejación de armas, que la Misión valora como un buen punto de partida hacia la superación de los atrasos en la implementa­ción”, reconocen desde la ONU. El jefe de la misión en Colombia, Jean Arnault, ya había expresado en una carta interna, que fue filtrada a la prensa, su preocupaci­ón por el incumplimi­ento de los plazos del proceso de paz. El responsabl­e llegó a plantear una modificaci­ón en el calendario inicial establecid­o. Sergio Jaramillo, Alto Comisionad­o para la Paz, con el apoyo de la Cancillerí­a de Colombia, rechazaron cualquier tipo de cambio en una misiva de respuesta. “Confiamos en que este proceso se puede acelerar”, reiteran desde Naciones Unidas.b

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