Educación sexual urgente
Señor director:
En marzo comienza el año escolar, parlamentario y laboral. Por eso es un buen momento para profundizar en leyes, políticas y derechos donde se tiene déficit.
Uno de ellos es la implementación de una política pública sobre educación en sexualidad, afectividad y género, que tenga alcance al menos en los establecimientos educativos que reciben subvención estatal. Es urgente que los docentes tengan apoyo sustantivo en esta materia y que las familias reciban acompañamiento para hacer extensiva la educación sexual en los hogares. Es también prioritario que los estudiantes tengan acceso a información que les permita vivir su sexualidad de manera plena y saludable.
Los parlamentarios y dirigentes políticos tienen el deber de aprender sobre el tema. Al escuchar a miembros de las iglesias o a dirigentes políticos se vuelve evidente que ya no se justifica esta precaria situación. ¿Se necesita más argumentación que los dichos de parlamentarios que aseveran que la educación de género fomenta la rivalidad entre hombres y mujeres? ¿Que los niños y niñas transexuales no existen ya que esa condición es incompatible con su proceso de desarrollo? ¿O que las mujeres podrían simular una violación para acceder al aborto y que con nuestras vestimentas y conductas somos responsables de la violencia sexual?
Tampoco es justificable que aún no tengamos la aprobación del proyecto de ley de aborto en tres causales. Deben tener la posibilidad de decidir seguir o no con un embarazo cuando es inviable, pone en riesgo su salud o es producto de violencia sexual. Hagamos que en marzo se impulse a la clase política a conectarse con las necesidades de la ciudadanía.