SHAKIRA: INEVITABLE
Sus caderas no solo mintieron. También cedieron fácilmente al tentador ritmo del mercado anglosajón. A principios del 2000, Shakira apostó temerariamente por alimentar el cliché de la latina sexy y logró momentos de objetivo triunfo comercial entre un público que la celebró, pero que, una vez cansado del último exotismo de la temporada, optó por mirar a las suyas para reencantarse con el pop femenino.
Los tiempos cambiaron dramáticamente (sumado a las temporadas que dedicó a la maternidad) y hoy la colombiana del Hips Don’t Lie y del Waka
Waka y de lo que fuera que le permitiera alimentar el estatus de estrella global enfrenta hoy la mayor encrucijada de su carrera: reinventarse o asumirse con escasos 40 años de edad como una replicante de su exitoso pasado.
La de Barranquilla ha delineado una estrategia clara: volver al origen, aunque en su caso, eso no signifique necesariamente volver a las raíces. En los últimos meses, Shakira parece haberse acordado de “lo latino” y del publico juvenil y ha empezado a cimentar un retorno de la mano de duetos que han funcionado bien en radios como el de Carlos Vives (La Bicicleta), Maluma (Chantaje) y Prince Royce (Déjà vu). Alianzas estratégicas que sin duda están resultando, más que mal hablamos de la que probablemente se la más exitosa figura femenina nacida en Sudamérica en los últimos 20 años. Pero su discurso y estos sorprendentes vínculos recientes con estrellas de moda, reflejan impaciencia, nerviosismo y palidecen frente a lo que hoy otras mujeres latinas están defendiendo con más convicción que gesto, con más cabeza que caderas.
Hablamos de nombres como la mexicana Ximena Sariñana o la misma Mon Laferte, dos que no dominarán los rankings globales como hizo la de Ciega, Sordomuda, pero que sí empiezan a ser reconocidas por elaborar una identidad latina y ajena al estereotipo que encarnó Shakira, aunque seamos justos no fue la única: desde Lucero hasta Gloria Trevi, pasando por Paulina Rubio y Thalía todas replicaron patrones ajenos. Shakira califica en contraste como la más “originaria”, aunque su acercamiento a la raíz, y lo confirma el oportunismo de estas sociedades recientes, siempre haya sido más cosmético que real.b