Colombia se adapta a sus nuevas y controvertidas normas de civilidad
►El nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia comenzó a regir el pasado 30 de enero. ► Los infractores de esas reglas pueden recibir multas desde los US$ 33 hasta los US$ 269.
Multas por orinar en la calle o por tener como mascotas animales silvestres. Por no pagar su pasaje en el transporte público o por no ceder el baño a mujeres embarazadas. Estas son algunas de las polémicas medidas del nuevo Código Nacional de Policía y Convivencia de Colombia que entraron en vigor el 30 de enero. La normativa, incluida en una ley y que tiene más de 240 artículos, busca regular el comportamiento de los ciudadanos del país, y se diferencia del antiguo código, de 1970, porque establece sanciones monetarias.
Ahora, los colombianos no podrán pretender viajar gratis en el transporte público, pasear a perros peligrosos sin bozal, escuchar música en casa a un volúmen más alto del permitido o impedir manifestaciones de cariño, siempre que no sean relaciones sexuales, sin ser sancionados con castigos monetarios. Eso sí, las multas del nuevo código, que van desde los 98.360 pesos colombianos (unos US$ 33) hasta los 786.880 pesos (unos US$ 269), pueden ser reemplazadas por una “actividad educativa de convivencia” si es considerada de gravedad menor.
El código es tan preciso, que el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, tuvo que presentar un decreto para suspender temporalmente las nuevas medidas, al darse cuenta que el famoso carnaval de la ciudad de febrero infringía algunos artículos que prohiben las fiestas ruidosas.
Durante tres años y medio, delegados del Ministerio de Defensa, de la Alta Conserjería para la Seguridad y Convivencia y de la Policía Nacional, trabajaron en este código. Sin embargo, las normativas no fueron bien recibidas por parte de los ciudadanos quienes las han catalogado como represivas y dictatoriales. La controversia por algunas de estas medidas, llevaron al extremo de que se divulgaron falsamente en redes sociales normas que confundieron a los colombianos, como por ejemplo, que la policía tendría la autoridad de pedir pruebas de embarazo si lo deseaba.
Entre las medidas más discutidas se encuentra el aumento de poder que se les estaría dando a la Policía. Según el código, las autoridades pueden allanar sin orden judicial, permitiéndoles ingresar a hogares donde ellos estimen que “requieran su ayuda”. La detención de personas que estén en “estado de alteración de con- ciencia” bajo los efectos de sustancias psicoactivas o alcohólicas, también ha sido criticada. Lo mismo ocurre con el permiso que tienen las autoridades policiales para disolver las manifestaciones sociales si lo “creen pertinente”. Según analistas, el nuevo Código de Convivencia significa un retroceso en materia de libertades y derechos ciudadanos.
Hasta el momento, la Corte Constitucional del país ya ha recibido 13 demandas en contra de la nueva normativa.
En el primer mes que entró en vigencia el código, se registraron 30.000 infracciones en todo el país. Según la Policía de Barranquilla, la falta más cometida es la que prohibe el consumo de sustancias alucinógenas o alcohólicas en la vía pública, con 172 multas.
Algunos ciudadanos han mostrado descontento porque creen que la ley no corresponde a un país que se encuentra en medio de un proceso de paz con la guerrilla. ●