Planes mal entendidos
no, aún está vigente una Radial que no se ajusta a la realidad, cuya necesidad de ejecución es discutible y, más aún, su factibilidad improbable.
Pensemos en el sector eléctrico como punto de comparación. El rezago de las inversiones respecto de la demanda energética no tiene nada que ver con la regulación, sino con la falta de planificación. El sector eléctrico es uno de los más completos y sofisticados en lo que a regulación se refiere, sin embargo, el adelantarse a los escenarios de desarrollo o la definición de inversiones estratégicas, etc., no puede suplirse con regulación.
Asimismo, aún cuando hubiese real planificación urbana, que defina escenarios de largo plazo, con inversiones y gestión de por medio, no podemos descansar en que con la sola planificación nuestras ciudades serán más bellas o estéticas. Es el diseño urbano el llamado a definir y guiar el actuar físico de “públicos y privados”, para que nuestros entornos sean bellos y constituyan el marco adecuado para que la arquitectura sea la apropiada a cada lugar.
En resumen, debemos avanzar primero en ponernos de acuerdo en cada concepto. Sin ese acuerdo es difícil no seguir dando pasos erráticos. Con eso claro, veamos cómo podemos perfeccionar nuestra regulación urbanística, cómo podemos implementar verdadera planificación urbana y, finalmente, cómo con la incorporación del diseño podemos agregar calidad, carácter y belleza a nuestros barrios y ciudades.
El problema de fondo es que los planes reguladores, según nuestro ordenamiento, son en esencia mera regulación urbana y no planificación.