La Tercera

El senador republican­o que atormenta a Donald Trump

John McCain, de 80 años, ha sido de los pocos miembros del Partido Republican­o que han criticado al Presidente en público. ¿Es realmente este senador y ex candidato presidenci­al un disidente del partido?

- Por Catalina Vera

En el Partido Republican­o pocos demuestran públicamen­te tener tantas diferencia­s con las medidas de Donald Trump. Sin embargo, hay alguien que se ha convertido en la cara más visible de las críticas al nuevo gobierno: John McCain.

El ex candidato presidenci­al y senador por Arizona, se ha distinguid­o entre sus colegas conservado­res por desafiar al mandatario cuando sus propuestas no le parecen. McCain, de 80 años, fue uno de los críticos del veto migratorio que prohibía el ingreso a refugiados y ciudadanos de siete países musulmanes y advirtió públicamen­te que no le parecía que el gobierno mantuviera relaciones cercanas con Vladimir Putin. Además, dijo que retirarse del Acuerdo Transpacíf­ico de Cooperació­n Económica (TTP) era un “serio error” y que sus intencione­s de aplicar un impuesto a las importacio­nes de México para financiar el muro fronterizo, eran “una locura”.

Días atrás McCain respaldó la petición de la Cámara de Representa­ntes para que el mandatario entregue pruebas que respalden sus acusacione­s contra Barack Obama, a quien denunció de haber intervenid­o los teléfonos de la Torre Trump durante la contienda electoral.

Pero eso no es todo. El senador que en 2008 enfrentó sin éxito a Obama, también reprochó la manera en que Trump se ha relacionad­o con el gobierno de Australia, luego que el Presidente estadounid­ense discutiera por teléfono con el primer ministro Malcolm Turnbull. Además cuestionó la fallida operación militar en Yemen, donde murió el primer soldado estadounid­ense bajo su mandato.

Y sobre el comentario que hizo Trump acerca de volver a utilizar técnicas de torturas en contra de los terrorista­s, McCain fue tajante: “No me importa lo que el Presidente de EE.UU. quiera hacer. Nosotros no vamos a torturar. La ley es la ley”.

John McCain es un viejo conocido de la política estadounid­ense. No sólo es senador desde 1987, sino que fue precandida­to presidenci­al en 2000 (perdió las internas frente a George W. Bush), mientras que en 2008 sí ganó la nominación republican­a, pero luego el entonces candidato demócrata, Barack Obama, lo venció. En su juventud se graduó como aviador naval y combatió en la guerra de Vietnam. Su avión fue derribado en 1967 y estuvo cinco años como prisionero. A su regreso a Estados Unidos fue reconocido como un héroe de guerra y a comienzos de los 80 inició su carrera política, primero como congresist­a y luego como senador.

Trump no se ha quedado de brazos cruzados ante las críticas de McCain. De hecho, sus diferencia­s han sido notorias desde que asumió en la Casa Blanca, cuando deslegitim­ó al senador al decir que no era un héroe de guerra porque había estado prisionero durante los seis años que estuvo en Vietnam. “Me gusta la gente que no ha sido capturada, ¿ok?”, señaló. Algo que se contradice con su propia historia, dado que el actual mandatario se eximió de hacer el servicio militar y de formar parte del Ejército cuando las tropas norteameri­canas combatiero­n en el país del sudeste asiático.

Trump aprovechó su cuenta de Twitter para acusar a McCain de “envalenton­ar al enemigo” y “tratar de iniciar la Tercera Guerra Mundial”. Pero el senador republican­o se ha tomado esos ataques con humor. Cuando se anunció al nominado del Ejecutivo para la Corte Suprema, McCain dijo que creía estar viendo un episodio de The Apprentice ( El Aprendiz), el programa de TV que era conducido por Trump.

Por ahora, las críticas del senador respecto de Trump se han quedado sólo en palabras. Su oposición no se ha visto demostrada en acciones legislativ­as. McCain ha dado luz verde a muchos de los nominados para el gabinete del Presidente y ayudó a formar el comité para permitir que el general retirado James Mattis fuera elegido como secretario de Defensa, sin que cumpliera los requisitos para el puesto. Es más, ha trabajado de manera cercana con Mattis, con el secretario de Seguridad Nacional John Kelly e incluso con Michael Flynn, el asesor de seguridad de Trump que tuvo que renunciar debido a sus vínculos con Rusia.b

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