FESTIVAL FEMENINO
Por primera vez las escritoras latinoamericanas se reunían a reflexionar sobre su rol crítico y anti autoritario. “Fue un gesto elocuente de la disidencia de la mujer escritora. Fue clave, estratégico y político”, dice la poeta Carmen Berenguer. “Emergió en un contexto de violencia y represión en los años 80. Las autoras que venían ejerciendo el oficio de escribir recibieron el impacto de la crisis institucional de esa época: corte, trauma, shock, ruptura estética”, agrega.
Aunque asistieron como espectadores José Donoso y Jorge Edwards, el encuentro generó tirria en la conservadora escena chilena de la época. Incluso Enrique Lafourcade escribió un artículo atacando el evento.
Desde hoy y hasta el 2 de abril el encuentro se reeditará en Nueva York. Será un homenaje y una reinterpretación del congreso de 1987. Treinta años después, las escritoras que estuvieron en ese evento dialogarán con las nuevas generaciones de Latinoamérica y Estados Unidos sobre género y literatura.
Como en el Chile de 1987, hoy en Estados Unidos no corren buenos tiempos para las mujeres ni para la cultura y para contrarrestarlos una veintena de autoras de cinco países se reunirán en el A-Fest, Encuentro de Escritoras Latinoamericanas en Nueva York. Las participantes chilenas serán Carmen Berenguer, Lina Meruane, Nona Fernández, Mónica Ríos, Soledad Fariña, Gladys González, Graciela Huinao, Nadia Prado y Alejandra Castillo.
Entre las invitadas latinoamericanas estarán Mariana Graciano, Mercedes Roffé y
A-Fest. Encuentro de Escritoras Latinoamericanas
Desde hoy y hasta el 2 de abril en distintas sedes universitarias: U. de Nueva York, Columbia, Princeton y Rutgers. En pleno régimen militar en Chile
Lila Zemborain (de Argentina), Cristina Rivera Garza y Sara Uribe (México), Mariela Dreyfus, Carmen Ollé y Claudia Salazar (Perú), Marcia Mogro (Bolivia) y Helena María Viramontes (Estados Unidos).
“En 1987, el Congreso de Literatura Femenina Latinoamericana dotó a una generación de escritoras y académicas de un lenguaje común, capaz de leer la producción literaria a través de las fronteras y las censuras, en particular de la dictadura chilena”, explica Mónica Ríos, organizadora del nuevo encuentro. “Hoy aquellas barreras las presenta el mercado que homogeniza los potenciales puentes que se pueden establecer entre las escritoras e intelectuales de Latinoamérica y Estados Unidos”, agrega.
El congreso ocupará distintos espacios como la Universidad de Nueva York, Columbia, Princeton y Rutgers y tendrá mesas de discusión, talleres, lecturas, performances y un coloquio con traductoras del español al inglés.
El nuevo congreso analizará cómo han cambiado las concepciones de “femenino”, “feminista”, “escritura” y “política de la escritura” en tres décadas. “Hoy, lo femenino está puesto en duda y practicado de múltiples maneras por sujetos diversos y que no necesariamente coinciden con el cuerpo mujer. El encuentro incluirá a escritores de los otros géneros que se han involucrado activamente con los problemas de las minorías en sus múltiples niveles discursivos”, señala Mónica Ríos. Así, en la lista de invitados figuran autores como el chileno Carlos Labbé y el venezolano Javier Guerrero.b