Rechazo a reforma del Obamacare
HACE ALGUNOS días fracasó la tramitación en el Congreso de Estados Unidos del proyecto de salud que buscaba reemplazar al Obamacare, una de las promesas clave de la campaña del mandatario estadounidense, Donald Trump. Fueron miembros del sector más duro del propio Partido Republicano quienes se negaron a respaldar la reforma sanitaria que reemplazaría el plan de salud del expresidente Barack Obama. La iniciativa eliminaba entre otras cosas la actual obligatoriedad de contar con un seguro de salud y permitía a las compañías aseguradoras ofrecer sus planes a nivel nacional, al contrario del Obamacare que establece regulaciones distintas para la entrega de licencias, dependiendo del Estado.
El hecho, además de constituir una de las mayores derrotas políticas para Trump desde que llegó a la Casa Blanca, pone en duda la capacidad del mandatario estadounidense para negociar en el Congreso y sacar adelante su programa. Trump se podría ver obligado ahora a abrir negociaciones con sectores del partido demócrata para sumar los votos necesarios que requiere la aprobación de sus propuestas –lo que exigiría inevitables cambios- y buscar una nueva fórmula de acercamiento con los republicanos conservadores. Un trabajo especialmente complejo de cara a la reforma fiscal que busca impulsar.
Por ello, la situación pone en tela de juicio su verdadera capacidad para cumplir con su agenda y genera un clima de incertidumbre que quedó, además, en evidencia con el efecto que tuvo el fracaso del proyecto en los mercados. Tras su rechazo, el dólar se depreció nuevamente. No obstante, la actitud de Trump tras el fracaso de la iniciativa ha dejado claro que la Casa Blanca mantendrá un estilo directo y seguirá adelante con las promesas anunciadas en su campaña. Lo hará sin embargo en un contexto más complejo, que debiese ser tomado en cuenta tanto por el Presidente de EE.UU. como por el resto de su administración.