A la U se le escapa el Duende
► Los azules igualaron sin goles ante Universidad de Concepción en el sur. ► Lorenzetti salió expulsado antes de los 15’ y se pierde el superclásico. ► El equipo de Hoyos volvió a tener fallas en la elaboración de juego.
Si algo le impregnó Guillermo Hoyos a la U en esta etapa del torneo, entre otros detalles futbolísticos, ha sido la intensidad en la recuperación del balón. Aquello le permitió ser protagonista en la mayoría de los partidos. Un aspecto que le ayudó sin duda para terminar imponiéndose a tres rivales de forma consecutiva. El juego seguía estando en deuda, pero después de tormentosos meses, parecía que lo más urgente era conseguir resultados por sobre el manoseado lirismo.
Pero claro, cuando un equipo queda antes de los 15 minutos con un hombre menos, como le ocurrió ayer al cuadro azul por la correcta expulsión de Lorenzetti, producto de un planchazo en contra de Barreto, cualquier planteamiento se quiebra. Y la principal arma de juego resulta imposible de desenfundar. Entonces, en desventaja numérica, la U quedó atrapada a medio camino, sin poder imponerse desde la intensidad y la recuperación ni tampoco sin saber qué hacer cuando tenía el balón.
Por eso, más allá de intentar equiparar el trámite desde el amor propio, a la U le resultó imposible quebrar al rival y por ende el marcador. El empate sin goles que selló su visita a la Universidad de Concepción, a todas luces justo, supone además un duro golpe en sus aspiraciones de seguir encumbrado cerca de los líderes. Porque el argumento de haber resistido prácticamente todo el partido con un hombre me- Ante el Campanil, todo pareció supeditado a alguna genialidad de Felipe Mora, siempre bien marcado, con hasta tres hombres encima. Sin un generador de fútbol natural en la cancha, los pelotazos desde el fondo azul se multiplicaban hasta el cansancio. Una fórmula que ya se sabe pocas veces trae resultados positivos, y que en esta oportunidad facilitó la labor de la zaga local.
Los dirigidos por Bozán, que por segundo partido consecutivo se vieron beneficiados por una temprana expulsión en el rival, otra vez no supieron resolver el dilema de la superioridad numérica. Salvo en algunos pasajes del partido, los penquistas jamás pudieron imponerse y recién sobre el final, más producto del cansancio de la U que de ideas propias, generó algunas chances de gol.
Hoyos intentó darle un giro al partido con el ingreso de Pizarro, pero a esa altura el partido claramente estaba a contramano para el Fantasista. La U lentamente comenzó a sentir el desgaste, al punto que el arco de Cristian Muñoz le quedaba cada vez más lejos. Y la figura de Johnny Herrera se empezó a agigantar sobre el final, con un par de intervenciones notables.
Es cierto que la U lo pudo ganar en la última jugada del encuentro, con un remate de Mora que desvió de forma brillante Muñoz, pero habría sido demasiado premio para un equipo al que por ahora le sobra amor propio, pero que sigue extrañando el juego. Y para aspirar a cosas mayores, los números se terminan sosteniendo con el rendimiento futbolistico, que sigue siendo frágil.b