La vieja escuela
Venimos del remate de The XX, que ha sido excelente, de lo mejor de la primera jornada de Lollapalooza, y el gentío impresionante que espera a Metallica escucha los acordes afilados inconfundibles de AC/DC y Bon Scott cantando It’s a long way to the top (if you wanna rock ‘n’ roll), una canción categoría himno. Luego, la clásica introducción de la banda que hizo del heavy metal una cultura popular planetaria, escenas de El bueno, el malo y el feo (1966) con Clint Eastwood y The ectasy of gold de Ennio Morricone de fondo. La pantalla gigante dio paso a la gráfica del último álbum Hardwired... to self- destruct mientras resonaba el primer single Harwired, hasta que por fin entró Metallica con la misma canción. Fue un ataque directo, consistente, noqueador, de impecable sonido, con esa contundencia en las guitarras y ese sentido dinámico para ejecutar thrash metal que les convirtió en los mejores de su generación. Siguieron con otra de las nuevas Atlas, Arise!, de las mejores de la última producción. A pesar de ser material nuevo, que suele ser recibido con frialdad, el público dio muestras de conocer perfectamente las canciones. Continuaron clásicos como For whom the bell tolls y One, siempre con un volumen considerable y ejecución férrea de una banda que fue capaz de alterar la composición de la audiencia típica de Lollapalooza en favor de las poleras negras.
Como antesala The XX, el trío británico de pop electrónico que tras una pausa de cinco años editó en enero su tercer álbum I see you. Si bien en el disco tienen momentos cautivantes y otros uniformes, en directo mejoran muchísimo. Su música romántica de ambientes es- pectrales y detalles gana en fuerza e intensidad. Jamie XX se ubica al centro del escenario y a cierta altura dominando teclados, máquinas y diversos elementos de percusión en plan hombreorquesta. Los cantantes Romy Madley Croft en guitarra y Oliver Sim en bajo se distribuyen en los costados y lucen como un genuino power trio de poderoso sonido. Canciones como Say something loving y On hold (que incluye un excelente sample de Hall & Oates) fueron momentos vibrantes de un gran show.
Una de las atracciones de este primer día de Lollapalooza era el debut de The 1975, la última sensación del pop rock británico, que
(La entrada de Metallica) fue un ataque directo, consistente, noqueador, de impecable sonido.
Una de las atracciones indiscutidas era el debut de The 1975. La banda fue tan pulcra como en estudio.
ha traído de regreso la figura del cantante carismático de aspecto frágil y carreteado que encanta a las chicas. Matthew Healy estuvo impecable en el rol. Traje, cabello revuelto, en algún momento encendió un cigarrillo. La banda fue tan pulcra como en estudio. Hicieron de su último álbum de kilométrico título -I like it when you sleep, for you are so beautiful yet so unaware of it (2016)-, el eje del set. Entraron con su mayor éxito, la pegajosa Love me, y se mostraron efectivos, puntillosos y perfectos para seguir en afiches para adolescentes.
Crítico de música