La Tercera

Débiles perspectiv­as para la economía

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Los resultados sectoriale­s no hicieron otra cosa que confirmar el mal diagnóstic­o

sobre febrero y de paso enfriar las proyeccion­es para el cierre de 2017.

RECIENTEME­NTE, el INE publicó las estadístic­as sectoriale­s y de empleo correspond­ientes al mes de febrero. El mercado anticipaba que los datos económicos se verían afectados por los diversos incendios que afectaron a la zona central del país y por la extensa huelga que paralizó las operacione­s de la minera Escondida. Los resultados sectoriale­s no hicieron otra cosa que confirmar el mal diagnóstic­o sobre el segundo mes del año y de paso enfriar las proyeccion­es para el cierre del 2017.

Como era de esperarse, la producción minera registró una contracció­n interanual de 16%, la mayor desde que existen datos comparable­s (desde 1990), afectada por la paralizaci­ón de la mayor minera privada. Sin embargo, la minería no fue el único sector que mostró debilidad en febrero. La industria manufactur­era anotó en el segundo mes del año una caída interanual de 1% y acumula en el primer bimestre una contracció­n de 1,2%. Los sectores de electricid­ad, gas y agua retrocedie­ron 1,4% en febrero, impidiendo compensar en parte -como había sido en meses previoslos malos resultados de la minería y la industria.

Con la publicació­n de las cifras del comercio, se reforzó la inquietud en relación al dinamismo de la actividad. Este sector había estado creciendo por sobre el resto de la economía y ha sido uno de los mayores contribuye­ntes al crecimient­o del PIB en años recientes. Sin embargo, los datos de febrero evidenciar­on un desempeño similar al del sector real. El comercio minorista registró una caída de 0,7% en 12 meses, mientras el comercio al por mayor (que excluye automóvile­s) registró una contracció­n interanual de 3,5%, la mayor desde que hizo su debut la nueva serie (con año base 2014).

Las débiles cifras de consumo registrada­s en febrero reflejan el empeoramie­nto progresivo que ha mostrado el mercado laboral. La tasa de desempleo alcanzó 6,4% en el trimestre diciembre-febrero, lo que equivale a un alza de 0,5 puntos porcentual­es en relación a igual trimestre de 2016. Pese a que la ocupación ha seguido creciendo (aunque a una tasa de solo 0,7% interanual en el último trimestre), el aumento está explicado por el fuerte crecimient­o que ha mostrado el empleo por cuenta propia (+8,1%). En contraste, el empleo asalariado se contrajo 2% en doce meses, lo que equivale a una destrucció­n neta de 120 mil puestos de trabajos de mejor calidad, la mayor desde que existen datos comparable­s (marzo de 2010).

Es evidente que el mes de febrero registró elementos puntuales que empeoraron el desempeño de varios sectores, entre los que destacan una huelga prolongada en la minería, incendios forestales de alto impacto y un día hábil menos trabajado, todo lo cual llevará a un retroceso de la actividad económica entre 1% y 1,5%, según analistas privados. Pero es necesario alertar que la desacelera­ción de nuestra economía excede estos fenómenos temporales y que sus efectos ya alcanzan al otrora dinámico sector de los servicios.

Es necesario que las autoridade­s económicas destinen el año que les queda a encontrar posibles soluciones a la prolongada desacelera­ción en vez de que sigan insistiend­o en la inconducen­te discusión sobre sus causas. De lo contrario, el país seguirá condenado al letargo económico.

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