La Tercera

Lenín Moreno, un Presidente en silla de ruedas, apela a un estilo opuesto al de Correa

- Fernando Fuentes

En su primer acto institucio­nal tras su triunfo en las elecciones presidenci­ales del domingo en Ecuador, el candidato oficialist­a Lenín Moreno asistió ayer al tradiciona­l cambio de guardia que cada lunes se celebra en el Palacio de Carondelet, en Quito, en compañía del jefe de Estado, Rafael Correa.

Pese a que su rival, Guillermo Lasso, insistía en no aceptar los resultados parciales oficiales ante la existencia de lo que llamó “irregulari­dades” en el escrutinio (ver recuadro), Moreno agradeció el apoyo recibido en las urnas y dijo que su gobierno seguirá “en la línea de favorecer a los más pobres de la patria”. Insistió en que será el Presidente de “todos los ecuatoria- nos, pero fundamenta­lmente de los pobres”.

Moreno, de 64 años, Vicepresid­ente entre 2007 y 2013 y parapléjic­o desde hace casi dos décadas, prometió durante la campaña que mantendría el “Socialismo del siglo XXI”, con el que Correa modernizó el país gracias a la renta petrolera, aunque con “ciertas variacione­s importante­s”. Asimismo, se desmarcó del carácter de su antecesor, enfrentado desde hace años a sectores como la prensa y cierta clase empresaria­l, y aseguró que “es necesario otro estilo” de gobernar, “un estilo del diálogo, el estilo de la mano extendida”.

Y es precisamen­te en el estilo donde los expertos creen que Moreno tratará de diferencia­rse de Correa. En ese sentido, el analista y sociólogo Wladimir Sierra explica a La Tercera que el futuro mandatario “busca diferencia­rse sobre todo en las formas. Trata de corregir los puntos más débiles del Presidente Correa, entre otras cosas, su carácter confrontat­ivo, su intoleranc­ia a escuchar a la oposición, su ruptura radical con algunos actores sociales”. En la misma línea, el cientista político Santiago Basabe señala a este medio que Moreno “segurament­e va a bajar el tono álgido y represor de la relación frente a actores que disienten con su gobierno”.

En cuanto a este punto, Sierra destaca que si bien estos cambios tienen que ver con el carácter de Lenín Moreno, “están relacionad­os sobre todo con una nueva correlació­n de fuerzas”, ya que el sucesor de Correa “gobernará con menos apoyo popular y arrastrará una serie de dificultad­es económicas, sociales y políticas, de tal modo que de continuar con el modo de gobierno de Correa su mandato de debilitarí­a vertiginos­amente”.

Asalto en 1998

Un asalto a las seis de la tarde, cuando regresaba de una panadería, el 3 de enero de 1998, fue el episodio que marcó la vida de Moreno. Ese día fue intercepta­do por dos delincuent­es

Lasso apela a la OEA

“Las pruebas de irregulari­dades en el proceso electoral son muchas. Por eso, no podemos reconocer los ilegítimos resultados”, denunció ayer Guillermo Lasso. “Agotaremos todas las vías políticas y jurídicas, en Ecuador y en el exterior para que se respete la voluntad popular que pidió un cambio”, insistió, al tiempo que exigió un recuento y pidió a la OEA “evitar el fraude”. Escrutado el 99,4% de los votos, Moreno obtenía el 51,17% y Lasso un 48,83%.

y, a pesar de no poner resistenci­a, recibió un disparó a quemarropa en la espalda que dañó su médula espinal y lo dejó sin movilidad en ambas piernas.

Como Vicepresid­ente de Correa, entre 2007 y 2013, Moreno lideró las misiones solidarias Manuela Espejo y Joaquín Gallegos Lara, en favor de las personas con discapacid­ad. Asimismo, durante su gestión se sancionó una ley que obliga a las empresas a contratar a personas con discapacid­ad.

“Justamente ahí (en esas misiones) Moreno construyó su rostro político, que está más cerca de ser el de un misionero católico que el de un estadista moderno. Ahí su condición de persona con discapacid­ad contribuyó en mucho a transforma­rlo en una suerte de Mesías de los desprotegi­dos, de los humildes, muy alejado del político ávido de poder, ese es su mayor capital político. Es una suerte de San Francisco de Asís laico”, afirma Sierra.

Si bien Basabe considera que la condición de discapacit­ado “ayudó mucho” a Moreno durante la campaña, no cree que el tema de la discapacid­ad “pueda ser per se un eje de gobierno”. “Hay temas de política económica que sobrepasan este ítem”, asegura. Para Sierra, en cambio, “el tema central” de su gobierno es la protección de los desvalidos, niños, ancianos, mujeres, discapacit­ados y desemplead­os.b

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