Las joyas de los maestros de la pintura chilena que ven la luz por primera vez
Compulsión es la muestra que la Corporación Cultural Las Condes exhibe hasta el 22 de mayo y que reúne 60 obras, de autores como Pedro Lira, Juan Francisco González y Alfredo Helsby, de un coleccionista anónimo, fallecido hace 10 años.
Comienza como una afición privada, una pasión íntima, a veces difícil de explicar, pero tarde o temprano termina transformándose en un patrimonio cultural que traspasa las fronteras del gusto personal. Fue lo que le pasó a Ricardo Mac Kellar, un coleccionista de arte que durante décadas mantuvo en reserva su acervo en su parcela de Quillota, hasta que en 2009 el robo de 35 cuadros lo hizo salir a la luz pública. Tres años después, y habiendo recuperado 18 piezas, Mac Kellar decidió donar parte de su colección a la Corporación Cultural Las Condes, con la condición de que se mantuvieran en exhibición permanente. Así, en 2012 se abrieron las puertas de la Casona Santa Rosa de Apoquindo, donde hasta hoy cuelgan las obras de maestros de la pintura chilena como Arturo Gordon, Pedro Lira y Camilo Mori.
Ahora es nuevamente la Corporación Las Condes la que vuelve a rescatar el acervo de otro coleccionista, a quien está vez mantienen en el anonimato. Se trata de un empresario fallecido hace una década, pero que durante 60 años, y al igual que Mac Kellar, se dedicó a rastrear y reunir con obsesión algunas de las obras más excepcionales de los artistas locales del siglo XIX. Hasta el 28 de mayo en el Centro Cultural Las Condes se exhibe Compulsión, el arte de coleccionar, un exposición que reúne 60 joyas seleccionadas, dentro de un universo de 400 obras, donde destacan pinturas de autores como Juan Francisco González, Alfredo Helsby, Alberto Valenzuela Llanos, Benito Rebolledo, Pedro Lira, Thomas Somerscales, entre muchos otros.
“Nos conocimos hace años, él era un colaborador constante en nuestras actividades y siempre nos prestaba alguna que otra pieza específica para alguna exposición. Esta es la primera vez que reunimos una parte importante de sus obras y le agradecemos a la familia que ha mantenido este acervo con tanta dedicación”, señala el director del centro cultural, Francisco Javier Court, quien participó en la selección de las piezas.
“Esta corporación se ha caracterizado por abrirse al mundo privado y nuestra idea es ayudar a mostrar estos pequeños museos, que en definitiva son patrimonio de todos; un coleccionista es un custodio, que se dedica a salvar obras del olvido. Hoy celebramos ese ahínco de muchos”, agrega Court.
Más que una cronología o estructurarse según los autores, la exposición hace un recorrido romántico e intenta transmitir lo que pudo haber sentido el coleccionista anónimo al contemplar cada pieza. Las obras se