¿Qué tan inclusivo puede resultar el camino a La Moneda?
La elección del primer mandatario en silla de ruedas en Latinoamérica, el pasado domingo, en Ecuador, marca un contraste con Chile. Pese a que casi el 20% de la población mayor de 18 años tiene algún tipo de discapacidad, solo el 1% tiene contrato de trab
DESDE la silla de ruedas que ha utilizado durante los últimos 20 años para desplazarse, el nuevo Presidente electo de Ecuador, Lenín Moreno, asumió su victoria el domingo pasado. De esta forma, se convertirá en el primer mandatario con una discapacidad en Latinoamérica y uno de los pocos en el mundo. Pero en el caso de Chile, ¿qué tan complejo puede ser para una persona con discapacidad llegar a La Moneda?
“¿Cómo va a poder ser ministra si no puede bajar la escalera?”, fue la pregunta que hizo un periodista a Catalina Parot, ex ministra de Bienes Nacionales de Piñera, en la ceremonia de cambio de mando. La ex secretaria de Estado utiliza bastones para desplazarse, producto de un cuadro de poliomielitis que sufrió a los seis meses de edad. “Muchas veces somos vistos como objetos de protección, y no como personas que pueden liderar”, señala Parot, y agrega que se “hace necesaria mucha paciencia para dar a conocer al otro la capacidad y el liderazgo que uno puede ejercer”.
Para Parot, las elecciones presidenciales en Ecuador son una señal de avance en la forma de pensar de los políticos. “Es algo transversal en la élite política el ver a las personas con discapacidad como sujetos pasivos más que como actores que pueden participar activamente en la toma de decisiones y en transformar la sociedad”, opina.
Pero Ecuador no es el único caso de una autoridad política con una discapacidad, ya que la vicepresidenta de Argentina, Gabriela Michetti, también utiliza una silla de ruedas. El presidente de la Fundación Nacional de Discapacitados, Alejandro Hernández, explica que así como estos, hay otros ejemplos en Latinoamérica. “Chile está muy, muy atrás en integrar de forma completa a estas personas en relación a otros países de la región”, señala.
Dentro de los ejemplos que entrega Hernández, está que solo un 1% de los tres millones de personas con algún grado de discapacidad en el país accede a un contrato de trabajo y que en total falta un 96% de cobertura en rehabilitación en niños, jóvenes y adultos con discapacidad. En ese sentido, agrega que Ecuador ha mostrado, a diferencia de Chile, “mayor conciencia y mejores políticas públicas efectivas en materias de discapacidad, que no solo quedan en el papel, sino que se traducen en la práctica”.
En un año de elecciones presidenciales y parlamentarias, la discusión en torno a la inclusión de personas con discapacidad en el ámbito político cobra especial relevancia. El director nacional del Servicio Nacional de la Discapacidad (Senadis), Daniel Concha, señala que en las próximas elecciones los candidatos “tienen que tener muy en cuenta a la población de personas en situación de discapacidad, y considerar que los mayores de 18 años en esta condición son casi el 20% de la población de Chile”.
Además, agrega que, en promedio, este grupo de la población participa más en las elecciones. Según el último Estudio Nacional de Discapacidad, un 67,1% de estas personas votó en las últimas elecciones presidenciales. “Los programas de gobierno tienen que incluir la variable de accesibilidad y dar mayor inclusión a personas con discapacidad”, enfatiza Concha.
El secretario general de Evópoli y próximo candidato a diputado, Francisco Undurraga, nació con una discapacidad producto de un accidente automovilístico que tuvo su madre antes de que él naciera, por lo que utiliza prótesis en ambas piernas y tiene sólo un brazo. “Es lejana la posibilidad de que haya un presidente discapacitado en Chile, si aún ni siquiera tenemos total inclusión en el mundo laboral, en educación, etc.”, opina, y agrega que “es necesario empujar todo mecanismo y toda ley que esté orientada a la inclusión, pensando en que este país envejece, por lo que cada vez va a tener más discapacitados. Tenemos que prepararnos para que esas personas sean actores efectivos del mundo que nos toca vivir”. ●