La ciudad que viene
EN UNA sede universitaria en pleno centro de la ciudad, tuvo lugar un interesante debate liderado por el filósofo y antropólogo francés Marcel Hénaff . A diferencia de los habituales seminarios o conferencias de urbanismo y ciudad, en esta oportunidad no se habló de mecanismos, de herramientas, de financiamiento, sino que se conversó del fondo de la materia. El foco estuvo primero en entender la historia de ciudad y las razones que la informaron en sus orígenes y evolución, para luego problematizar acerca de los problemas urbanos actuales y de la ciudad que viene.
La ciudad sin duda es y será un reflejo de la sociedad que la genera y la habita. Lo fue en sus inicios y lo es hoy. Sin embargo, las razones por la cuales los hombres y mujeres se movilizan para implementarlas, ya no se fundan en creencias religiosas, necesidades simbólicas, defensivas, de salubridad, de comercio, etc. Hoy las ciudades dejaron de ser la excepción, ya no son un mundo en sí, sino que el mundo es urbano. Hoy prevalece la red de ciudades antes que la ciudad misma. Sin perjuicio de ello, la ciudad actual le falla cada vez más al hombre en atender esas razones del origen. La ciudad no necesariamente es ordenada, limpia, salubre, saludable, segura, culta, plena de empleo, democrática, integrada, etc. Las personas nos debemos enfrentar con nuevas incertidumbres y problemas, que el avance de la humanidad supuestamente tenía ya superados. Esta “ciudad que viene”, y que menciona el profesor Héenaff, en realidad ya se está cuajando con todas esas preguntas no resueltas.
¿Cómo le devolvemos a la ciudad y al espacio público la razón de ser, la justificación y el lugar, para que contribuyan realmente a la calidad de vida de las perEN sonas?¿Cómo hacemos del espacio urbano una “infraestructura para humanizarnos” y no deshumanizarnos? Cuando el intendente Orrego levantaba la alerta la semana pasada por lo que sucede en la comuna de Estación Central, ciertamente apuntaba en ese sentido.
Ojalá las reflexiones que empujasen al cambio pudieren ser las fondo y no solo el ataque a lo sintomático y lo puramente operativo. Los lugares comunes de “esto es elusión”, “falta de planificación”, “esto se da aquí y en otros lugares de Chile”, “esto es el abuso de la norma y los resquicios legales”, “han pasado cuatro años y no se ha hecho nada”, “esta es la sed del lucro de las inmobiliarias”, “esto es culpa del alcalde y su concejo”,son finalmente afirmaciones vacías, con escasa sustancia en la acción y menos aún encaminadas a la solución. Con la lógica de Hénaff, somos la sociedad chilena la que se ve reflejada en sus ciudades, en la forma como las construimos, habitamos o maltratamos. Así como nos descalificamos, nos insultamos, no nos toleramos, nos atrincheramos en el anonimato de las redes sociales para destruir la honra de las personas...la ciudad nos agrede, nos atropella, nos enferma, nos aloja en las colmenas humanas que criticaba el intendente.
No es a la ciudad la a que le falta escala humana… es a la sociedad. La ciudad que viene, la creamos nosotros. Hacerlo de diferente manera implica volver a conversar, mirarse las caras y darle nuevo sentido a los espacios que construimos y habitamos.
No es a la ciudad a la que le falta escala humana...es a la sociedad. La ciudad que viene la creamos nosotros e implica volver a conversar.