La Tercera

Las 15 normas contra la contaminac­ión del agua y el aire que no están aprobadas

► Tres regulacion­es para proteger ríos importante­s se encuentran en tramitació­n desde hace 13 años. ► Los proyectos ponen límite a las emisiones de sustancias que son peligrosas para la salud.

- Oriana Fernández G.

Si hubiera que describir el impacto de la contaminac­ión en el país, un ejemplo sería el caso de Puchuncaví, en la V Región: en los últimos años, decenas de niños han resultado intoxicado­s por las emanacione­s de dióxido de azufre (SO2) y otros gases, provenient­es del sector industrial. Se debió reubicar la escuela de La Greda y los afectados han sido sometidos a exámenes de salud para definir qué efectos han implicado estas descargas.

La norma elaborada por el Ministerio de Medio Ambiente, que pone un límite más estricto a las emisiones de esa sustancia derivada del petróleo, aún no ha sido aprobada, a pesar de que su revisión se inició en 2010. Lo mismo sucede con otras 14 regulacion­es para controlar los índices de contaminac­ión del aire, ríos, lagos y el mar, varias de las cuales fueron calificada­s como “prioridad” para la cartera.

Estos cuerpos legales deben pasar por consultas públicas, en las que participan otras reparticio­nes y el sector privado. Luego son sancionada­s por un consejo de ministros.

Las normas se comenzaron a analizar durante el gobierno del ex Presidente Ricardo Lagos, pero aún no son aprobadas (ver tabla).

Los proyectos que llevan un mayor tiempo en tramitació­n están destinados a la protección de los ríos Elqui, Aconca- gua y Rapel. Establecen concentrac­iones máximas para evitar que se ponga en riesgo el ecosistema.

Rodrigo Weisner, ex director de la Dirección Nacional de Aguas y abogado especialis­ta en esa área, explica que “ejecutar un estudio sobre una cuenca conlleva presupuest­o, pero los organismos públicos no tienen recursos para eso. No se protege la calidad de las aguas”. Agrega que la discusión se puede entrampar, pues cualquier cambio “acarrea un costo económico para las empresas”.

Dice que hay 200 ríos importante­s que deberían tener protección en Chile, pero sólo ocho la tienen. Respecto de la tramitació­n de las normas, el Ministerio de Medio Ambiente informó que “la mayor parte correspond­e a procesos de revisión o actualizac­ión de normas vigentes”. Se añadió que cuando “culmine este gobierno se habrán publicado o estarán en su fase final de tramitació­n proyectos relacionad­os con el SO2, MP 10, norma de calderas y para el ruido de buses”.

Tope de emisiones

La revisión de la norma para controlar el dióxido de azufre es emblemátic­a: el gobierno y la industria difieren a la hora de fijar cuántas veces por año se puede sobrepasar el límite autorizado.

Tito Pizarro, jefe de la División de Políticas Públicas del Ministerio de Salud, afirma que su cartera propone que no pueda haber más de 24 eventos anuales, mientras que los privados sostienen que deberían ser 88 ocasiones. “Es muy relevante que se llegue a un acuerdo, porque está en riesgo la salud de las personas”, dice el experto, quien participó en la Comisión de Salud del Senado, donde los parlamenta­rios llamaron a aprobarla con urgencia. Pero no hay fecha para votarla.

El académico de la Escuela de Ingeniería UC y especialis­ta en economía y política ambiental, Luis Cifuentes, sostiene que este tipo de iniciativa­s han demorado “15 años en estudio, como es el caso de la norma de material particulad­o fino”. ¿Por qué la dilación?: “Ha habido oposición de las principale­s fuentes emisoras y de la industria del transporte, porque no querían una norma adicional”. Pese a ello, Cifuentes afirma que regular estas sustancias “es correcto, porque son peligrosas”.

Ernesto Gramsh, autor del inventario de emisiones e investigad­or de la U. de Santiago, añade que “si se aprueban estos proyectos, no sabemos cómo van a fiscalizar y qué multas habrá asociadas”. Apunta que el presupuest­o de la Superinten­dencia de Medio Ambiente para que la norma funcione es bajo: “Debemos confiar en la autorregul­ación”.b

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