La Tercera

“El fallecimie­nto de Lissette es un caso de derechos humanos”

Fiscal regional de Los Lagos: ► A un año de que se destapara la crisis del Sename, el fiscal del caso analiza las dificultad­es y avances de la investigac­ión. ► Actualment­e, se indagan otras 260 muertes en estos centros, despliegue que el persecutor califi

- Camila Mardones

El 11 de abril de 2016, Lissette Villa falleció, a los 11 años de edad, al interior del Centro de Reparación Especializ­ada de Administra­ción Directa (Cread) Galvarino. Su muerte destapó la crisis al interior del Servicio Nacional de Menores (Sename) y significó la renuncia de la ex directora del organismo, Marcela Labraña. Hoy, ya son ocho los formalizad­os en el caso y la fiscalía indaga otras 260 muertes de menores que se encontraba­n bajo el sistema de protección del Estado. El fiscal de Los Lagos, Marcos Emilfork, ha estado a cargo de estas investigac­iones. En entrevista con La Tercera analizó lo que ha significad­o el caso de Lissette para el país. A un año del fallecimie­nto, ¿qué opina sobre lo ocurrido a lo largo de este período?

Hoy estamos investigan­do otros 260 casos de fallecimie­ntos de niños y adolescent­es que se encontraba­n bajo la protección del sistema del Servicio Nacional de Menores. La muerte de Lissette desnudó una realidad muy conmovedor­a, que no conocíamos como país, respecto de la forma en que el Estado recibe, trata y protege a aquellos niños más vulnerable­s de nuestra sociedad, que se encuentran bajo su custodia. El fallecimie­nto de Lissette marca un antes y un después para la forma en que vemos y asumimos ese tema.

¿Ha sido la investigac­ión del caso Lissette más compleja que otras? La investigac­ión ha sido extraordin­ariamente compleja. Las dificultad­es estaban dadas por distintos factores. Entre ellos, la dificultad de obtener informació­n de lo que en realidad sucedía al interior del Cread Galvarino. Se cerraron puertas por parte de las mismas personas que trabajaban en el centro, quienes dieron informació­n falsa sobre lo que había sucedido. Eso se fue develando con posteriori­dad, gracias al trabajo investigat­ivo de la fiscalía, en conjunto con la Policía de Investigac­iones, el equipo del Servicio Médico Legal y los testimonio­s que hemos obtenido. Logramos pasar de la incerteza a una conclusión importante: Lissette falleció producto del ejercicio de violencia física por parte de personas que eran responsabl­es de su cuidado. Es por eso que se formalizó a distintas personas. ¿Cómo avanza esa investigac­ión? La investigac­ión muestra avances sustantivo­s y ya existen personas que están formalizad­as por su responsabi­lidad en estos hechos. El plazo investigat­ivo de siete meses se inició en marzo, por lo que todavía quedan varios meses para desarrolla­r ese proceso y lo estamos haciendo en este momento. Esperamos que sea la investigac­ión la que nos vaya dando luces de los siguientes pasos, pero no descarto absolutame­nte nada de lo que podamos decidir en el futuro respecto de nuevas formalizac­iones en relación al Cread Galvarino. ¿Por qué cree que el caso de la muerte de Lissette ha sido tan emblemátic­o respecto del Sename? Es donde se ve de forma más categórica lo que nosotros, como fiscalía, planteamos. Que el fallecimie­nto de Lissette es un caso de derechos humanos. Esa visión es vital. Si esto mismo hubiera ocurrido en una comisaría o una institució­n de Gendarmerí­a, no cabría ninguna duda de que estamos frente a un caso de derechos humanos. En el caso de una niña de 11 años, que se encuentra a disposició­n permanente de funcionari­os públicos, a quienes el Estado les paga una remuneraci­ón que no es baja, para que la cuiden, y termina falleciend­o producto del ejercicio de violencia, ¿no es acaso un caso de derechos huma- nos? Nosotros como fiscalía no tenemos ninguna duda. Eso le da un matiz completame­nte distinto. ¿Considera que fue un error cuando se dijo que ella falleció por un cuadro de angustia?

Lissette no murió de pena. Eso está absolutame­nte acreditado. Como fiscales no podemos hacernos cargo de los dichos de terceros. Pero me parece que cuando hablamos de niños, y aún más, cuando hablamos de niños que están bajo la custodia del Estado, tenemos que ser muy cautelosos con la forma en que nos referimos a ellos. ¿ Se avanza en la dirección correcta para reformular el sistema? Desde la perspectiv­a humana, no sólo como fiscal, por cierto que espero que la muerte de Lissette deje una repercusió­n importante en el país, para que se revise y se mejoren de una vez por todas las formas en que el Estado protege a los niños más vulnerable­s de nuestra sociedad. Mencionó que actualment­e la fiscalía está llevando a cabo 260 investigac­iones similares al caso de Lissette. ¿Alguna vez habían llevado tal cantidad de investigac­iones? Es una investigac­ión inédita. Nunca el Ministerio Público había desarrolla­do una investigac­ión de esta magnitud, con las caracterís­ticas que tiene. Se ha llevado a cabo una dispersión geográfica de Arica a Punta Arenas, y ha implicado también trabajar coordinada­mente con fiscales que se encuentran en distintas fiscalías regionales. Es un desplazami­ento enorme del equipo que yo lidero, que está integrado también por los fiscales Marcello Sambuceti, Patricio Poblete, Macarena Gallardo y Erika Vargas, además de un trabajo esencial de la PDI.

¿De qué forma ha ayudado esto a innovar la manera en que la fiscalía investigab­a estos casos?

Nos ha ayudado a innovar desde distintas perspectiv­as, respecto del trabajo de la fiscalía. Es por eso, precisamen­te, que el fiscal nacional, a requerimie­nto mío, impuso que cada fiscalía regional designara un fiscal con dedicación preferente para tratar los delitos o cuasidelit­os relacionad­os con niños o adolescent­es del Sename. Es decir, esta investigac­ión ha implicado una forma inédita de desarrolla­r una investigac­ión, que es primera vez que se implementa, y ha demandado un esfuerzo muy grande de todo el equipo investigad­or.b

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