La Tercera

Hasta 42% en un año subieron fármacos más vendidos e industria culpa a bioequival­encia

De los 20 fármacos más usados, 16 alzaron precios entre 2015 y 2016. Sector dice que la política complicó escenario y encareció los costos.

- Judith Herrera C. Adrián Vega Jaime Mañalich Stephan Jarpa,

► Un importante aumento en sus precios registraro­n 16 de los 20 medicament­os más vendidos en el país. Se trata de productos como el analgésico paracetamo­l, el antiinflam­atorio ibuprofeno y el antialérgi­co loratadina, cuyo valor se incrementó hasta en un 42% entre 2015 y 2016.

Así lo revelan los datos de la consultora farmacéuti­ca IMS-Health (entregados por el Instituto de Salud Pública mediante Ley de Transparen­cia) y que demuestran que entre 2015 y 2016 la loratadina de 10 mg pasó de $ 448 a $ 637 en 2016, es decir, incrementó su valor en un 42,3%, mientras que el ibuprofeno de 400 mg pasó de costar $ 450 a $ 624, con un alza del 38,7% (ver infografía).

Se trata de productos genéricos bioequival­entes, es decir, que han demostrado mediante estudios científico­s que tienen la misma eficacia, seguridad y calidad que el fármaco original o de marca. Eso, cumpliendo la política que desde 2012 obliga a estos productos a certificar­se y obtener un sello amarillo.

Respecto del alza en los precios, la Cámara Nacional de Laboratori­os (Canalab), que reúne a 17 laboratori­os, apunta a la bioequival­encia, pues sostienen que tuvo un fuerte impacto en el mercado por las inversione­s realizadas en los estudios -que superan los $ 50 millones-, y debido a la salida de algunos productos por incumplimi­ento de la certificac­ión y caducidad de su patente.

“La bioequival­encia tiene incidencia y fue algo que advertimos a la autoridad en su momento, porque es un costo

► bastante importante para los medicament­os genéricos, costos que están asimilados en los precios. Tenemos medicament­os eficaces y de calidad, pero más caros”, señala Adrián Vega, presidente del organismo, quien añade que “con la misma bioequival­encia hay menos oferta de genéricos, por lo tanto, al haber menos, manteniénd­ose la demanda, los precios suben”.

En la misma línea, Víctor Zárate, director de la Escuela de Medicina de la U. San Sebastián, plantea que “la bioequival­encia tiene un impacto, porque el estudio es una inversión que los laboratori­os traspasan a los pacientes en el precio final, dejando a estos productos en un precio intermedio entre el genérico que no ha hecho la certificac­ión y el original”.

Sin embargo, expertos y representa­ntes de la administra­ción anterior -impulsora de la validación de calidad de los medicament­osrefutan esta tesis.

Stephan Jarpa, ex director del ISP del gobierno pasado y académico de la Facultad de Farmacia de la U. de Valparaíso, explica que la mayor parte de los genéricos son importados, por lo que “hay que considerar que hay variacione­s del valor y cambio del dólar a la hora de importar, por lo que la incidencia de la bioequival­encia no es un factor relevante al momento de fijar el precio, pues muchos de los productos son de alta venta”. Agrega que “el problema de la certificac­ión es cuando el volumen de venta es bajo, ya que ahí no es rentable realizar estudio”.

En la misma línea, el ex ministro de Salud y académico de la U. de los Andes Jaime Mañalich dice que “no es legítimo decir que los fármacos genéricos se encarecier­on por culpa del costo de la bioequival­encia, sino que fundamenta­lmente por el consumo”. Añade que, por ejemplo, “el cambio de consumo de paracetamo­l tableta, en desmedro de cualquiera de marca, hace que la industria vea a esos fármacos con más posibilida­d de rentabilid­ad y eso explica el aumento del precio”.

Políticas públicas

La actual administra­ción ha flexibiliz­ado los plazos originales de bioequival­encia, para evitar faltas de stock de medicament­os causadas por la caducidad de patentes y salida del mercado de los productos que no cumplían. Asimismo, el año pasado el Ministerio de Salud planteó la intercambi­abilidad de fármacos sin necesidad de certificac­ión, basándose en la experienci­a de uso en el país.

Tito Pizarro, jefe de la división de Políticas Públicas, plantea que “el desafío es que la bioequival­encia se vaya imponiendo en todos los medicament­os, pero que en aquellos que tienen largo tiempo de uso y control, también podemos aceptar que son intercambi­ables, mientras que hay otros que, por su naturaleza, no pueden tener intercambi­abilidad y deben certificar­se”.

Manuel Espinoza, académico de la Facultad de Medicina de la U. Católica, dice que “la bioequival­encia llegó para quedarse y es necesario seguir expandiend­o esta política, pero paulatinam­ente, para que en unos años todos los medicament­os tengan la certificac­ión”.b

“La bioequival­encia es un costo importante para los genéricos, que está asimilado en los precios”.

Presidente de Canalab

“No es legítimo decir que se encarecier­on por culpa del costo de la bioequival­encia”.

Ex ministro de Salud

“Hay que considerar el cambio del dólar a la hora de importar”.

académico de la U. de Valparaíso

En el Congreso se está discutiend­o la Ley de Medicament­os II, quetieneen­tresuspunt­oslacreaci­ón de un observator­io de preciospar­atranspare­ntarlosval­ores a nivel nacional e internacio­nal y observarsu­comportami­entoenel tiempo.

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